Cuenta Eslava Galán en su libro “Los años del miedo”, libro de lectura recomendable y del que no es esta la primera historieta que sale (al César lo que es del César), cómo Franco se las apañó una mañana lluviosa para quedar por encima de sus generales. Como sabrán ustedes, el día 1 de Abril era en la España franquista jornada de fiesta, porque era “El día de Victoria”. Aniversario del fin de la Guerra Civil, por lo tanto fecha a celebrar, aunque Franco celebraba su victoria, no el fin de la guerra. Y todos los años, en esta fecha, se organizaba un enorme desfile para lucirse, recordar quiénes eran los vencedores y recibir las alabanzas de todos, los que querían alabar y los que no querían pero alababan también.
En el año 1944, Franco decidió dejar su enorme “púlpito” (sí, la palabra va con segundas y la foto adjunta lo ilustra) y participar de forma activa en desfile, a caballo, por supuesto, ya que su altura no le permitía hacerlo gallardamente a pie. Al lado de él cabalgarían otros generales y militares. Pero el destino quiso jugarle una mala pasada al caudillo y amaneció lluvioso. Viendo el panorama e intuyendo los problemas de su caballo sobre el suelo mojado de las calles madrileñas, el generalísimo ordenó colocar herraduras de goma a su montura. Hombre precavido vale por dos.
Durante el desfile Franco permaneció sobre su caballo sin problemas, gallardo, señorial, dominante… mientras sus generales y compañeros tenían problemas con los resbalones y pasos en falso de sus animales. Por supuesto, eso hizo a Franco más feliz, más jefe y más general. Sin duda estos pequeños detalles llevaban al caudillo a un nuevo nivel de felicidad, ya que parece ser que era hombre de placeres sencillos: caza, cine…
«ya que parece ser que era hombre de placeres sencillos: caza, cine…» qué gran frase xDDD
Celebro que te gusta :P
que pena que las herraduras no fueran de goma 2
Estoy totalmente de acuerdo contigo el libro los años del miedo es altamente recomendable, yo también estoy afanado en su lectura y es muy interesante.
Gracias por los comentarios.
Buena lectura sin duda, Héctor.
Saludos.