Volviendo sobre la Batalla de Inglaterra, llegó un momento en que los pilotos alemanes comenzaron a perder la ilusión, la moral y las esperanzas. Los pilotos volaban nerviosos y volvían al continente en cuanto podían, temiendo que en cualquier momento llegará su hora.
El número de bajas en algunas unidades alcanzó el 25%. Todos esperaban días de mal tiempo para poder tomarse un descanso en las misiones. Empezaron a aparecer supersticiones. Algunos pilotos se negaban a ser fotografiados, recordando que en la Primera Guerra Mundial, Von Richthofen, el Barón Rojo, había muerto minutos después de que le sacaran una foto. La paranoia llegaba a tales niveles, que no era raro ver pilotos aterrizando con los extremos de las hélices torcidos por haber tocado el agua en el Canal de la Mancha. El miedo a ser detectados por el radar y a que les atacaran, les hacía volar sumamente bajo.
Estremecedor. No cabe duda de que la moral es y siempre ha sido un factor fundamental en la guerra.
Sin duda. Ahora mismo estoy leyendo un libro sobre los tercios en Flandes, y en varias ocasiones se cuenta cómo los «rebeldes» huían al saber que enfrente había un tercio de españoles y que en ciertos casos, la simple llegada de Farnesio provocó la victoria. Simplemente, porque el enemigo daba todo por perdido.
Ya contaré más sobre estas cositas 🙂
Saludos.
Bueno, en la batalla de Trafalgar, Villenueve decidió virar en redondo antes del enfrentamiento para facilitar la huida.
Esta maniobra fue fatal, ya que cambió la estrategia y algunos navíos quedaron a sotavento.
Tener a Nelson delante le debió de impresionar.
Un saludo.