Según Harald Busch, en su libro «Así fue la guerra submarina», en la Segunda Guerra Mundial, de los 39.000 oficiales y marineros que combatieron a bordo de los 820 submarinos alemanes, 32.000 acabaron muertos en el fondo del mar. Es decir, más del 80% de los alemanes que subieron a un submarino, acabaron muertos.
Para hacernos una idea, basta remarcar que las posibilidades de morir en combate de un soldado de los EEUU más altas que ha habido en todas sus guerras, se dieron en la Guerra de Secesión, con una probabilidad de 1 entre 15, es decir, un 6,6%. Frente a este dato, el 80% es un número brutal.
Pues Günter Grass, en su reciente obra Pelando la cebolla (en catalán, la versión que he leido, se titula Pelant la Ceba) explica la fascinación que entonces despertaba entre los jóvenes alemanes la figura de capitán de esos submarinos nazis. Afortunadamente, acabó en otro frente, de modo que pudo llegar a premio Nobel deLiteratura.
En aquella época los submarinos eran un arma «estrella» y es normal que tuvieran una importante atracción.
Por cierto, si no recuerdo mal, Günter Grass sirvió en la Waffen-SS.
Gracias por tu comentario.
Vitike: te he citado en mi blog, sabes hoy es el 66 aniversario de Barbaroja.
saludos
Hola:
muchas gracias por tu comentario profeballa.
Saludos.
Es Barbarroja no «barbaroja» entre vocales se usa doble R. Què barbaridad, matar la lengua que nos une a todos los hispanohablantes!
saludos
Hola Manuel!
La verdad es que no le doy publicidad al blog porque prefiero verlo más como un diario personal que como una web para visitar… para eso tenemos la de los Turlurones 😉
Este blog me encanta, por cierto!
Esta cifra es sorprendente. Todavía no entiendo como el hombre, con su inteligencia, arregla las cosas con guerras. Saludos.
Dani, me alegro de que te guste el blog.
Franco, ¡¡qué pregunta!!…
un libro interesante es el de Kursan sobre el pecio del U-869
Gracias por el apunte.