El pasaporte de Hitler que hizo el SOE donde se decía que era judío

Adolf Hitler era austriaco de nacimiento, pero en abril de 1925 solicitó dejar de serlo y técnicamente fue apátrida hasta el 26 de febrero de 1932, cuando le fue otorgada la nacionalidad alemana. Suponemos que en ese momento sus documentos cambiaron, entre ellos, su pasaporte. Nueve años más tarde, en 1941, concretamente en abril de 1941, un nuevo pasaporte a nombre de Adolf Hitler era impreso, aunque no tendría ningún valor real. En ese nuevo documento Hitler figuraba como judío y además tenía un sello indicando que había viajado a Palestina, que en aquel tiempo estaba bajo control británico.

Como pueden ver en la imagen superior, el pasaporte tenía una enorme J en rojo, con la que se indicaba que el titular era judío. En la ocupación ponía pintor, algo que le habría gustado, y como características para la identificación, ponía que lucía un pequeño bigote. Lógicamente, este pasaporte era falso. Lo había creado la Dirección de Operaciones Especiales, el SOE, Special Operations Executive, que tenía entre sus tareas el espionaje, el sabotaje y ciertas labores de inteligencia y engaño. Entre todos esos trabajos estaba la falsificación de documentos para sus agentes y para la resistencia.

El SOE tuvo una actividad importante durante la guerra y sus agentes y colaboradores se contaban por cientos, por lo que un buen grupo de falsificadores eran necesarios como fuente de documentos falsos. El más habitual, podemos pensar, era el pasaporte, pero el catálogo era extenso, abarcando identificaciones y permisos de todo tipo, de trabajo, de viaje e incluso licencias de armas. Algunos de esos documentos sobrevivieron a la guerra.

Después de 1945 se comprobó en los documentos de la Gestapo que llegaron a manos de los aliados que los alemanes describían esas falsificaciones como grandes trabajos. No es de extrañar, ya que se buscaba a los mejores en ese campo. En ocasiones, eran falsificadores que habían sido capturados por la policía y habían pasado por la cárcel. En algún caso, quizás, incluso fueran reclutados en las propias prisiones. Al fin y al cabo, de la buena calidad de esta documentación falsa dependería potencialmente la vida de los agentes llegado el momento, por lo que era de agradecer tanta molestia por parte del SOE.

Curistoria

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  • Que tonteria más grande!

    Como si existiera alguien de la época que no conociera el careto de Hitler.

    Primero habría que hacer una cirugía plástica épica.

    • Gracias, Jacinto, por comentar. Como bien dices, no serviría de mucho el documento. Más bien fue una broma para mostrar la capacidad de falsificación.

      Saludos.

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