Ayer fue 13 de abril, lunes de Pascua. Tal día como ayer, hace más de seis siglos y medio, se produjo el conocido como Lunes Negro. Luego ha habido otros, relacionados con la economía. No tienen nada que ver con el Lunes Negro y la granizada que mató a mil caballeros ingleses.
Fue en 1360, durante la Guerra de los Cien años, que como saben no duró 100 años. También fue un lunes de Pascua, como lo fue ayer, y se dice que aquel día murieron más ingleses que en cualquier otro día hasta aquel momento en esa guerra medieval. Siempre es complicado tener certeza sobre el número de muertos y heridos en las batallas de esa época, pero aún así, debió ser un día realmente malo. Y lo que causó tantas muertes no fue otra cosa que una granizada.
En octubre de 1359, el rey Eduardo III de Inglaterra cruzó el canal encabezando a sus tropas. La campaña le llevó, unos meses más tarde, a las mismas puertas de París. El 5 de abril de 1360 el rey de Inglaterra se rodeaba de sus mejores hombres, que acumulaban victorias y una larga carrera como guerreros. Con ellos, miles de soldados, lo que no era mala opción contra París.
La ciudad, no obstante, aguantaba el asedio, con el que sería Carlos V de Francia al frente. Entonces era el Delfín de Francia, el heredero. Finalmente, los ingleses cambiaron de objetivo y se dirigieron a Chartres. Parecía un objetivo más fácil. Llegaron allí el día 13 de abril, para comenzar un asedio. En este caso el lugar estaba peor defendido que París. Esto azuzaba las esperanzas de los hombres de Eduardo III de Inglaterra, que levantaron un campamento en los terrenos en torno a Chartres. La contienda estaba claramente inclinada a favor de los invasores.
Entonces, con la noche, cayó una tormenta descomunal. El frío llegó de repente, con rayos, con un viento que arrancó las tiendas montadas en el campo y con una lluvia helada que acabó siendo una granizada demoníaca. Todo esto causó el caos entre los ingleses.
Los caballos salieron huyendo asustados y entre unos males y otros, entre el frío, los caballos y el granizo, se estima que un millar de hombres murieron. Entre ellos, dos lo hicieron al ser alcanzados por un rayo. El frío, las piedras de granizo y el caos, especialmente por los caballos, debieron matar al resto, aunque como decía siempre es complicado conocer estas cifras con rigor.
El rey inglés consideró que la granizada era un castigo divino por atacar una ciudad como Chartres. Aquello lo predispuso para la paz y al día siguiente ya estaba negociando con el abad Androuin de La Roche, el líder de los franceses en Chartres. Se levantó el asedio menos de 24 horas después de comenzarlo. Poco después, el 8 de mayo, se firmaba el tratado de Brétigny, que establecía una tregua. Duraría varios años, pero no sería el final de la Guerra de los Cien años.
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Sólo una puntualización, la estatúa del gran Casanovas, se realizó en 1888, No en 1988.
gracias.