Robert Capa eran dos personas, Enre Ernö y Gerda Taro

Robert Capa es uno de los nombres más populares de la historia de la fotografía y, quien más y quien menos, conoce alguna de sus fotos. La muerte de un miliciano, en la Guerra Civil Española, o algunas de las 11 magníficas del día D, son conocidas por todos. Lo que no es tan conocido es que Robert Capa no existió. En realidad, Robert Capa eran dos personas, Enre Ernö y Gerda Taro.

Pensaron que un nombre anglosajón como Robert Capa ayudaba a vender las fotos

Endre Ernö, un húngaro nacido en 1913 y Gerda Taro, una alemana nacida en 1910, se conocieron en los años 30 en Francia, y comenzaron una relación tanto amorosa como profesional. Decididos a vivir de su trabajo como fotorreporteros, pensaron que quizás usar un nombre anglosajón les abriría algunas puertas a la hora de colocar sus fotos. Según parece, la idea fue de ella, que en 1936 le dijo a Ernö que usara el nombre de Robert Capa para firmar las fotos.

Quién sabe cuánto influyó esto en el éxito de Ernö, pero lo cierto es que con ese nombre se abrieron un camino en el mundo de la fotografía. Durante un tiempo, ambos sacaban fotos y las vendía usando el nombre de Robert Capa, por lo que no hay certeza sobre cuáles de las fotos de Capa son de Ernö y cuáles de Taro.

Si tus fotos no son lo suficientemente buenas, no estabas lo suficientemente cerca

En 1947 Capa era un de los fotógrafos fundadores de Magnum Photos, la primera agencia de fotógrafos independientes y a la que le debemos la difusión de grandes momentos de la historia del siglo XX. La filosofía y la forma de actuar de ambos queda reflejada en la frase del propio Ernö: Si tus fotos no son lo suficientemente buenas, no estabas lo suficientemente cerca. Sin duda, seguir esta máxima les costó muy caro a ambos.

Taro murió en España en julio de 1937, mientras que Ernö siguió trabajando y firmando sus fotos como Robert Capa hasta 1954. Es decir, Robert Capa eran dos personas, Enre Ernö y Gerda Taro, es justo decir que él fue más Capa que ella. Aunque sólo fuera por el tiempo que vivió cada uno.

Haciendo honor a esa idea de que había que estar cerca de la acción, Taro murió en un accidente en el frente. Se movía con el ejército republicano y en un movimiento de repliegue, cayó del estribo del coche en el que iba subida y un tanque la aplastó. Está enterrada en el mítico Père-Lachaise parisino. Ernö también murió en el frente. En 1954, en Vietnam, acompañaba a un pelotón francés cuando pisó una mina.