He comenzado a leer el libro sobre Franco que acaba de publicar Enrique Moradiellos, historiador que el año pasado recibió el Premio Nacional de Historia. Lo publica Turner y en las primeras páginas de introducción me he encontrado con un fragmento en el que enumera algunos de los títulos y expresiones que se utilizaban durante el franquismo para referirse al dictador Francisco Franco. Hoy mismo Franco está en las noticias y parece que la lucecita de El Pardo no se apaga a pesar del paso del tiempo.
Además de los títulos más conocidos, como Caudillo y Generalísimo de los Ejércitos, por ejemplo, lo cierto es que la lista es sorprendente, por lo larga que es y por lo creativo de algunos de esos nombres. Jefe del Estado, jefe de Falange o presidente del Gobierno eran meros títulos descriptivos, no eran suficientemente creativos para un hombre que era responsable de sus actos tan sólo ante Dios y ante la historia, según él mismo.
Ahí van algunos sobrenombres y frases que iban asociadas a su nombre de manera habitual:
Homo missus a Deo (enviado de la divina providencia).
Supremo capitán de la raza.
César invicto.
Salvador de la Patria.
Ángel custodio del imperio español.
Centinela de occidente.
Cruzado de occidente.
Príncipe de los ejércitos.
La espada más limpia de occidente.
Caudillo de la Cruzada.
Por supuesto, todo esto sin contar con la colección de títulos nobiliarios y reconocimientos de ese tipo tanto nacionales como internacionales. Seguro que me dejo algunos otros sobrenombres que ustedes conocen y que estaré encantado de leer en los comentarios.
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Tengo entendido que entrecasa sus alegados o su padre lo llamaban todo lo contrario como marica segun me contaba un conocido español que se vino a Argentina durante esa epoca. Se ve que el complejo que tuvo de chico con apodos hirientes destapo su ira contra quien se le oponia. Simil Stalin
En la academia militar le llamaban "Cerillita" (por su baja estatura, y presumiblemente también por su voz atiplada). En muchos ambientes le denominaban "Paquita la Culona". En efecto, todo eso le acomplejó e hizo que se tomara venganza de un país entero. Y, en efecto también, no es raro que dictadores sanguinarios (Stalin, Hitler) tengan padres autoritarios que les humillen, les hagan sentirse de menos, y aspiren por ello a aplastar el mundo.
Gracias a los dos.
Podríamos complementar el glosario con los superlativos que generó el general Isimo. A bote pronto me acuerdo del Cuñadísimo, del Hermanísimo, del Yernísimo y de la hora oficialísima.
Es también es una lista buena :)