El día que Arafat entró en la ONU con una pistola

Yasser Arafat en la ONU en 1974
(Yasser Arafat en la ONU en 1974)

El discurso de Yasser Arafat, el líder de la Organización para la Liberación de Palestina, en la ONU en 1974, es uno de los más famosos y polémicos que se han pronunciado en aquel lugar. De hecho, probablemente sea uno de los discursos más importantes de todo el siglo XX, y por eso no es de extrañar que forme parte del libro 50 discursos que cambiaron el mundo. De este libro les hablaré otro día con más calma. Mientras, sigamos con Arafat.

Nacido en El Cairo en 1929, este personaje fue clave en la evolución de Oriente Próximo durante varias décadas, y aún recuerdo cuando era un habitual de las noticias. En 1994 compartió el Premio Nobel de la Paz con Shimon Peres e Isaac Rabin, por el trabajo conjunto para establecer la paz en Oriente Próximo. El 13 de noviembre de 1974, 20 años antes, Arafat dio su discurso en la ONU.

Fue el primer líder de una organización no gubernamental que habló delante de la asamblea general de la ONU. Aquel día se mostró duro contra Israel y contra los aliados de este país y pronunció quizás su frase más famosa:

He venido con una rama de olivo en una mano y el arma de luchador por la libertad en la otra.

Como sabrán, una rama de olivo lleva la paloma de la paz en el pico. Arafat llevaba, metafóricamente, esa rama de olivo, pero el arma, la pistola, no era tan metafórica. En la cintura, bajo su chaqueta, llevaba una cartuchera, una funda de pistola. Probablemente esa funda estuviera vacía, pero en cualquier caso aquello ya era una provocación y todo un aviso. Habló de la diferencia entre un revolucionario y un terrorista. Él se tenía por lo primero y mostraba claramente, con la palabra y con los símbolos, que la violencia era una herramienta para determinados fines.

En la foto pueden ver cómo asoma la cartuchera por debajo de la chaqueta, sobre su cadera derecha. Hay que tener en cuenta un par de aspectos más para darle el valor justo a ese detalle de la pistola. Por una parte, dos años antes de ese discurso de noviembre, el grupo terrorista Septiembre Negro había asesinado en Munich a 11 miembros del equipo olímpico israelí. Además, las palabras de Arafat fueron duras y casi amenazadoras en varios momentos. Al final del discurso pronunció la frase que destacaba más arriba, y tras ella, advirtió:

No dejéis que se me caiga la rama de olivo. Repito, no dejéis que se me caiga la rama de olivo.

Fuente de la imagen: The Sydney Morning Herald

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