(Cartel electoral de Suárez en 1977) |
Estamos, en España, envueltos en una casi omnipresente campaña electoral, por otra parte como todas, que en esta ocasión parece tener en la televisión su eje central, como si no lo fuera en todas. Ya en 1977, en las primeras elecciones a Cortes Generales tras la dictadura, la televisión jugó un papel esencial con aquel popular “puedo prometer y prometo” del reivindicado Adolfo Suárez.
Dos días antes de aquellas elecciones, TVE, entonces sin competencia de cadenas de televisión privadas, emitió un discurso de Adolfo Suárez en que este repite una y otra vez “puedo prometer y prometo”, para asegurar a España que podía prometer y prometía cosas como “una Constitución en colaboración con todos los grupos representados”, una reforma fiscal que garantice que quien más tenía más pagaba, o que “el logro de una España para todos no se ponga en peligro por las ambiciones de algunos o los privilegios de unos cuantos”. El discurso había comenzado enumerando algunas promesas anteriores que se habían cumplido y que daban credibilidad a todas las promesas nuevas, que además según Suárez se podían hacer. Credibilidad y seguridad, pero promesas.
El periodista Fernando Ónega, que aún hoy sigue muy presente en los medios, colaboraba entonces con Suárez y le ayudaban en estas labores, tomando parte también en la creación de aquel histórico discurso del “puedo prometer y prometo”. Siempre es complicado medir el impacto de una acción concreta en las votaciones de todo un país, pero sí parece claro que ya en 1977 la televisión fue decisiva y los minutos que tuvo Suárez a su disposición la pantalla para prometer cosas a los españoles, cambiaron el voto de muchos y le llevaron a ganar con más del 34% de los votos, seguido por el PSOE a 5 puntos.
Así, parece moderno esto de tirar de televisión para ganar elecciones, pero nada más lejos de la realidad. Y si no me acaban de creer, otro día hablaremos de hombres mal afeitados y sudorosos a los que la televisión condenó a perder. Quizás sea moderno ir a programas no a hacer promesas sino a cocinar, bailar o subir montañas, eso sí puede ser nuevo, quién sabe. A continuación les dejó el vídeo de Suárez para recuerden.
Fuente: 333 historias de la transición, de Carlos Santos
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Parece mentira que 40 años después se siguen prometiendo prácticamente lo mismo. Será verdad que una vez metido nada de lo prometido.
Me temo que eso tiene mucho de cierto, Majobusa, lo de las falsas promesas.