Hitler hubiera deseado ser un pintor desconocido en Italia

Hitler hubiera deseado ser un pintor desconocido en Italia

Hitler disfrutaba, al menos ya en sus tiempos de líder indiscutible de Alemania, ofreciendo interminables monólogos a sus acompañantes, en los que trataba de exponer sus ideas sobre los temas más diversos. Como era de esperar pocos lo interrumpían y casi nadie lo contradecía. A veces grandes líderes nazis eran las orejas a las que dirigía, otras veces era la cúpula militar y en no pocas ocasiones se distraía contando historias a sus secretarias, taquígrafas y asistentes, mientras tomaban té con pasteles.

Lo que sigue es la transcripción de algunas de las frases y afirmaciones, que nada o muy poco tienen que ver con la Segunda Guerra Mundial, con las que entretuvo a su grupo de reunión en la noche del 21 al 22 de julio de 1941. Hay que tener en cuenta que eran los primeros meses de la operación Barbarroja, la invasión de la Unión Soviética por parte del ejército alemán en 1941, lo que hace que los temas tratados sean aún más sorprendentes. Algunas de las reflexiones e Hitler fueron:

Debemos dar gracias a los jesuitas. Quién sabe si, de no ser por ellos, hubiésemos cambiado la arquitectura gótica por la arquitectura ligera, airosa y brillante de la Contrarreforma. Frente a los esfuerzos de Lutero para que el alto clero, que había adquirido hábitos profanos, retornase al misticismo, los jesuitas le devolvieron al mundo la alegría de los sentidos.

Italia es el país en que la inteligencia creó el concepto de Estado. El Imperio Romano fue una gran creación política, la mayor.

El sentido musical de los italianos, su gusto por las proporciones armoniosas, la belleza de su raza.

El más minúsculo palazzo de Florencia o Roma vale más que todo el castillo de Windsor. Si los británicos destruyeran cualquier cosa de Florencia o Roma, sería un crimen. En Moscú no harían daño alguno; ni, por desgracia, en Berlín.

He visto Roma y París, y debo decir que París, quitando el Arco de Triunfo, no tiene nada a escala del Coliseo.

Nada me hubiera gustado más que vagar por Italia siendo un pintor desconocido.

Fuente: La máscara del mando, de John Keegan

Ver comentarios

  • Ah, el Grand Tour...Se le olvidó el acento en el "te con pastas". Y por ser tocanarices,no eran los primeros meses de la invasión, sino las primeras horas :-).

  • Gracias por la correción de la infusión. En cuanto a la otra, había pasado un mes, esto era en julio y la operación empezó en junio. Quizás lo correcto hubiera sido "primeras semanas", ahora que lo pienso.

    Un saludo.

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