Ramiro Sánchez, dos hijos con el mismo nombre

Todos sabemos la importancia de la descendencia cuando de reyes y títulos se habla. Si un rey moría sin descendencia, su línea dinástica se perdía, y eso no podía permitirse. Tal era el problema que son muchos los casos en los que si no había descendencia legítima, se buscaba algún hijo ilegítimo que se hiciera cargo del título y las posesiones una vez muerto el padre.

Esto mismo le ocurrió al navarro Ramiro Sánchez, que viendo que su matrimonio no daba frutos, le pudo la impaciencia y se amancebó con la suerte de tener un hijo. Le puso a este el nombre de Sancho Ramírez y en un primer momento parecía que el destino iba a sonreír a este muchacho, bastardo.

Pero quiso la naturaleza que, aunque tardía, su mujer Ermesinda cumpliera como madre y le diera un hijo. El padre de ambos muchachos no dudo en ponerle a este nuevo hijo el mismo nombre que le había dado al anterior. Sin duda Ramiro Sánchez tenía claro el nombre que quería para su heredero, y una vez que tuvo uno legítimo, no le dio importancia al hijo concebido fuera del matrimonio, aunque fuera el mayor.

Por lo tanto, dos hijos con el mismo nombre. Uno, el mayor, bastardo. Otro, el menor, nacido dentro del matrimonio. Es obvio que el segundo fue el que heredó el reino.

Fuente: La gran aventura del reino de Navarra, de Juan Ramón de Andrés Martín y otros.

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  • Algo parecido paso en mi familia( y eso que no somos nobles). Una de mis bisabuelas maternas tuvo 9 hijos, y con el noveno se debio de quedar sin imaginación para los nombres, ya que le puso de nombre Felix igual que al primogenito. Asi que desde ese momento el hijo mayor fue Felix, y el pequeño Felisin hasta que fallecio el mayor.

  • Jujar, ahí se ve el rango de las familias. Supongo que la falta de registros y burocracia lo permitía, hoy supongo que sería imposible.

    Un saludo.

  • Para esto de los nombres repetidos, Vitike, los antiguos romanos no se complicaban en exceso cuando se trataba de dar nombre a las hijas de una familia. En los tiempos más antiguos de la Républica las mujeres solo llevaban normalmente un "nomen", que venía a ser la versión en femenino del "nomen" del padre; si nacían dos hijas, bastaba con añadir al "nomen" "Maior", para la mayor, "Minor, para la pequeña. Si había más féminas en la familia añadían "Prima", si se trataba de la primera, "Secunda", la segunda, "Tertia, si era la tercera...
    Todo cambió a partir del final de la Republica y el Imperio, especialmente con Augusto, de una manera muy significativa e interesante: al casarse la mujer decidiría mantener su "nomen" y no adoptar el de la "gens" del marido en función del mayor prestigio.
    Mil saludos y disculpa mi extensión de hoy.

  • Mi abuela se llama Pilar Carmen y su hermana Carmen Pilar. Curiosamente, a mi abuela siempre la llamaron Carmen y a su hermana, Pilar.

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