Los naturales de Castrillo de Duero eran conocidos como empecinados, debido a la abundancia de pecina, que es un lodo negruzco que se forma en algunos charcos o cauces con poco agua. De este “gentilicio”, nace el mote del guerrillero, pero la cosa no acaba aquí. El 1814 a través de una Real Orden, Juan Martín Díaz recibió el honor oficial de poder usar como nombre “Empecinado”, tanto él como su descendencia. Este honor le fue otorgado por su lucha sin cuartel frente al enemigo francés. Y ahí cambió el significado de la palabra.
Hasta entonces, empecinado tenía connotaciones de suciedad y poco cuidado, por aquello del lodo. Después de la guerra, empecinado comenzó a tener el significado que hoy todos conocemos: obstinado, terco, pertinaz. Porque así fue Juan Martín en la guerra, de ese modo combatió y así cambio el sentido de ese curioso gentilicio que le había servido de apodo guerrillero.
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Muy curioso.
para cuando una curi de pablo el de motril? lo encontre buscando mis familiares rubiño. http://www.sancheztostado.com/prensa_5.php
very interesting