Uno de los elementos necesarios para que cualquier gobierno, ejército y país de aquella época funcionara correctamente eran los elementos de escritura. Para el ejército, un componente vital cuando se está en guerra contra cuatro países, las plumas de ganso no eran una buena solución, por lo engorroso de su uso y por la complejidad en campaña. Un lápiz era algo mucho más útil, sencillo y práctico para escribir rápidamente un mensaje para comunicarse con las diferentes partes del ejército o hacer el esquema de una batalla o una escaramuza. Pero ¿saben ustedes dónde estaba la mayor parte del grafito disponible? En Prusia e Inglaterra. Mala suerte para Francia. Por cierto, no creo que deba aclarar que el grafito es básico para fabricar lapiceros.
Este es un ejemplo perfecto de cómo algo tan sencillo y simple como un lapicero puede ser crucial en el día a día de los ejércitos y las batallas. Pero los franceses no habían llegado hasta aquel punto para que la falta de grafito acabara con su conquista de Europa. El Ministro Francés de la Guerra, Lazare Nicolas Marguerite Carnot, decidió pedir ayuda a un inventor: Nicolas-Jacques Conté.
Este tipo pensó que si los lapiceros eran necesarios para el buen funcionamiento del ejército y el grafito era necesario para hacer los lapiceros, pero escaseaba, lo mejor era optimizar el uso del primero en la producción de lapiceros. Es decir, hacer lapiceros igual de útiles y con la misma “vida útil”, pero con menos grafito. La respuesta era sencilla: mezclar algo con el componente básico. Se había probado con resina, pegamento, aceite… pero nada había funcionado. Conté trabajó sin casi descanso durante 8 días, con sus noches, para cumplir el encargo del ministro. Finalmente llegó el éxito.
Mezclando arcilla y grafito en un molde, presionando el mismo y horneando todo aquello, se obtenía una buena cantidad de material con muy poco grafito, pero capaz de producir mucho más lapiceros de lo esperado. El invento fue todo un éxito y permitió al ejército napoleónico saltar aquella pequeña barrera que la intendencia le había puesto en el camino.
Conté patentó su invento en enero de 1795. El lapicero, tal y como lo conocemos hoy, había nacido. Porque la fabricación de estos sigue haciéndose de acuerdo a lo ideado por Nicolas-Jacques Conté. Un gran tipo este francés. Seguramente sus hazañas merezcan alguna Curistoria más.
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que seria de faber castell
Puf, hasta el lapicero ha tenido que ser inventado. El monto de inventores que han existido en la historia, y lo poco que sabemos de ellos.
De nuevo el avance tecnológico de la mano de las necesidades bélicas. La presión agudiza el ingenio.
Aunque podríamos decir que técnicamente Nicolas-Jacques Conté no inventó el lápiz en sí, sino el lápiz tal como lo conocemos actualmente, que sustituyó los palillos cortados directamente del grafito (que serían los primeros lapices).
@Chencho: Por supuesto que el lapicero debió ser inventado. ¿Qué creías? ¿Que crecían de los árboles? :D
gt7h1, me refería a que para algo en lo que, por lo menos yo, no habia dedicado mucho tiempo de mi vida a saber como se hace un lapiz, ha necesitado un inventor para darle vida.
Y yo que creía que se empezó con las minas de plomo en vez de grafito -en alemán al lapicero se le denomina "Bleistift" (literalmente lápiz de plomo)-.
Bichicome, también Conté vivió de ello.
Checho, a veces estamos tan acostumbrados a algo que no reparamos en ello.
gt7h1, gracias por el comentario. Toda una reflexión.
Moeb, lo hizo Conté fue una mejora vital, pero no fue el primero en hacer lápices, así que es posible que tengas razón.
Saludos.
Moeb: Curioseando en la wikipedia se haya la explicación de lo del plomo:
http://es.wikipedia.org/wiki/Lápiz
Gracias por el apunte :)
Saludos.
Buen post, de hecho en francés una forma de denominar al lapicero es: conté-crayon.
Mil gracias David por ese comentario :)