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Flechas de ida y vuelta

Hay una famosa frase que se atribuye a Felipe II, momentos después de conocer el desastre de la Armada Invencible, allá por el verano de 1588: «No mandé mis naves a luchar contra los elementos». La meteorología ha sido determinante en muchos casos a lo largo de la historia, y si tienen ustedes dudas piensen en «el general invierno» que protegió a los rusos de los franceses de Napoleón y los alemanes de Hitler, por poner un ejemplo muy conocido. Un caso más es el que nos ocupa hoy: la batalla de Towton.

Esta batalla forma parte de la Guerra de las Rosas y es una de las más sangrientas, si no la más, de todas las llevadas a cabo en suelo británico. Tuvo lugar el 29 de Marzo de 1461 en una pequeña meseta entre los pueblos de Towton y Saxton. Uno de los bandos tomó una magnífica posición para el combate, con gran ventaja para su arqueros frente al enemigo, al menos en un principio. Digo esto, porque el viento luchó en contra suya, empujando las flechas enemigas y parando las propias. Y no solo el viento, también parece que la situación del sol sobre el terreno nevado los dejaba casi «ciegos». Como decía en el primer párrafo, la meteorología y sus consecuencias tomaron parte en la lucha.

El empuje del viento hacía que unas flechas tuvieran mayor alcance del esperado, mientras que otras no llegaban nunca a su destino. Es más, en algunas casos el viento frenó tanto las flechas de los arqueros de Lancaster que estas cayeron sobre las propias filas, causando bajas por «fuego amigo». Esto obligó a los «favorecidos por el terreno» a dejar el combate «a distancia» y decantarse por la lucha cuerpo a cuerpo, por lo que perdieron la ventaja con la que comenzaron la lucha, es decir, la posición favorable en el campo de batalla para sus arqueros.

El ejército de los Lancaster era el que partía con ventaja pero acabó siendo derrotado por la casa de York. La ayuda de la meteorología a los York fue decisiva en esta no menos decisiva batalla. Como sabía Felipe II, un ejército que no se ve, en ocasiones, decide tomar partido por uno de los bandos.

Ver comentarios

  • También en la batalla de Covadonga se dice que los musulmanes tiraban flechas desde abajo a los cristianos, que estaban en la cumbre de la montaña, y que estas flechas caian de nuevo sobre ellos matándolos.

    Es un poco dificil de creer, ya que significaría que la flecha la tiraban totalmente hacia arriba,y que no habían pensado que todo lo que sube, baja.

    un saludo

    Mario

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