Pero no es esa frase la que nos ocupa hoy. Hablaremos de una aún más famosa y que aparece en ocasiones en las charlas y comentarios. Es la famosa “lucecita de El Pardo”. Franco quería mostrar a España que velaba siempre por ella, que trabajaba día y noche por la prosperidad y la paz de los españoles y que aquel cargo que ostentaba era una carga (sólo una letra de separación) que el destino había puesto sobre sus hombres y que él, sufrido y resignado, llevaba de la mejor forma posible. Y para demostrar que el dictador no descansaba en su vigilar, más veces para lo malo que para lo bueno, se hablaba de la lucecita de El Pardo.
Esta lucecita no era otra cosa que una lámpara que siempre estaba encendida en el despacho que tenía Franco en El Pardo. Demostraba a España que él no descansaba. Que incluso a altas horas de la madrugaba él trabajaba sin descanso. Era el ejemplo. La luz, nunca mejor dicho, a seguir. Las 24 horas del día, el General despachaba asuntos. Sin pausa.
En cualquier caso, esto se trata de una leyenda. No dudo que promulgada por el organismo de propaganda de un interesado gobierno, pero sólo eso, una leyenda. Al menos, no he leído aún en ningún lado que la historia sea real.
Ya saben ustedes que cuando uno ve una luz en la oscuridad, allí, lejana; no sabe si es la salida del túnel o el maldito tren que viene hacia uno dispuesto a hacerlo trizas. Me temo que Franco fue más tren que otra cosa.
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En el reciente aniversario de TVE uno de sus primeros trabajadores contó que tras la emisión de un baile regional por televisión, recibieron una llamada del Pardo pidiendo que lo repitieran ya que a Franco le había gustado y quería verlo de nuevo... lo dicho España era el cortijo del dictador....
Consejo de blogger a blogger... no te metas en el epinoso tema de Guerra Civil/Dictadura/Franco que no todos comulgan con tus ideas y nadie tiene la razón absoluta.
No entiendo el comentario entre parentesis de "solo una letra de separacion".
Buena entrada, interesante como siempre.
"Uno que pasa...", perdona que tercie, hoy ya podemos hablar de todo.
Y a la pregunta de la letra, se refiere a que solo una letra separa cargo y carga.
A Résped: …Y se puede hablar de todo gracias a Dios… pero hay temas que por atufar a “fachorro” o a “progre” no gustan y si alguien escribe un blog sobre historia, nunca ha de ser tendencioso, ya que ahí está el quid de la cuestión, escribir sobre la historia siendo lo más objetivo posible. Además era un consejo… o se toma o se deja… como las lentejas.
José Luis, gracias por tu comentario. Sin duda dara para una curistoria :)
"El que va de paso", gracias por el consejo, no te falta razón. De todas formas, intento tratar el tema con la misma "distancia" y humor con los que trato el resto de temas. Espero que nadie se moleste, aunque soy consciente de que en algunos casos, gustará más o menos.
Hay otros temas que "levantan ampollas", pero me niego a dejarme llevar por eso. Eso sí, solo cuento una historia, no entro en valoraciones ni opiniones más allá de los chascarrillos típicos.
Saludos y gracias de nuevo
Muy probablemente Franco copió la costumbre de Mussolini que dejaba siempre encendida la luz de sus despacho en el Palazzo Venezia, en la Sala del Mapamundo queriendo simbolizar precisamente eso, que el Duce no descansaba de... hacer lo que estuviese haciendo, pues muchas noches se quedaba de "audiencia" con la Sra. Petacci.
Si alguien quiere la fuente, es "L'Italia del Novecento" de Indro Montanelli&Mario Cervi.
Muchas gracias por el dato :)
Efectivamente sobra, en mi opinión, la última frase, la cual es un juicio de opinión del autor. No aporta nada a la entrada que ya de por sí es muy interesante sin necesidad de ese añadido.
Alucino con los comentarios que ponen media distancia entre una república democrática y un asesino, dictador, vergonzoso representade de una españa que algunos parecen añorar.
Era un dictador, y lo que hizo fué sangrar un estado, hacer que hermanos se matasen y mantener en la miseria durante 40 años a los que sobrevivieron...salvo a sus amiguitos, qeu ahí siguen los jodíos.
La entrada, muy buena, como siempre.