La ley seca rusa

Napoleón dijo que los ejércitos caminan sobre sus estómagos. Es decir, necesitan estar más o menos bien alimentados. Pero no en pocas ocasiones se ha demostrado que también son importantes las bebidas alcohólicas. Y no sólo en los ejércitos, incluso algunas sociedades se asientan en el consumo de alcohol. La ley seca rusa es un ejemplo del peso de la bebida en la estabilidad social.

El zar Nicolás II prohibió el vodka y esa ley seca rusa fue un hachazo a la economía

El zar Nicolás II prohibió el vodka en 1914, al comienzo de la Gran Guerra. El vino y otros licores sí estaban permitidos, por lo que los que tenían dinero todavía podía emborracharse, mientras que las clases bajas tenían poco a su alcance que los abstrajera de su desgracia. Por supuesto, parafraseando lo que dicen en Jurassic Park, el alcohol se abrió camino. Las clases bajas hacían licores caseros y recurrían al mercado negro para conseguir vodka u otras bebidas. Pero, la economía rusa se sostenía en el vodka y prohibirlo no fue una buena idea. Es más, recuerden lo que les conté hace un tiempo sobre el saqueo de la bodega en la toma del Palacio de Invierno.

Antes de la prohibición, el Estado tenía el monopolio de la venta de vodka, y los rusos se daban tan alegremente a este vicio que se estima que cerca del 20% de los ingresos fiscales rusos provenían de esa fuente. El Estado estaba ya endeudado por la guerra, lo que, sumado a la falta de ingresos provenientes del impuesto al vodka, lo llevó al borde del colapso.

Para salir del problema el gobierno tuvo la absurda idea de emitir más dinero, lo que generó una inflación enorme. Por ejemplo, el pan, que, como el vodka, era un alimento esencial entre los rusos, multiplicó su precio por 5 entre mediados de 1914 y enero de 1917. El kilo de aspirina pasó de 2 rublos en 1914 a unos 200 rublos dos años más tarde.

Gorbachov también promulgó una ley contra el consumo de alcohol, que hizo subir la esperanza de vida y bajar su popularidad

Como casi siempre en la historia, no fue sólo una causa la que provocó la revolución que acabó con el zarismo, pero esa ley seca rusa tuvo algo que ver en la caída por el terraplén del país y de su paz. Como hemos visto, prohibir el alcohol ahondó en la crisis económica de las clases medias y bajas. Y quizás, al estar sobrios, esas mismas clases vieron su precariedad y se rebelaron.

Por cierto, unas décadas más tarde, en 1985, Gorbachov trató de reducir el consumo de alcohol. Subió los precios y estableció ciertas restricciones. El líder ruso llevaba poco tiempo en el poder y buscaba aumentar la productividad y derivar gasto en bebida a otros bienes. Le recordaron entonces lo que había pasado entre 1914 y 1917, pero su acción tenía lógica.

Algunas cosas se repitieron, como la compra masiva de azúcar para preparar bebidas alcohólicas caseras. La crisis económica se hizo más honda, si bien, como decíamos antes, no hay una razón única para ello. En el lado bueno, durante los tres años que duraron las restricciones, de 1985 a 1988, la esperanza de vida subió y bajaron los delitos. Entre los hombres, la esperanza de vida pasó de 61,7 años a 64,8. A pesar de ello, la medida fue muy impopular y acabó siendo anulada. En 1992 la esperanza de vida había caído por debajo de los 60 años y ahí se quedó durante casi 15 años.