Guerra Fría

Una palabra hizo fracasar la negociación sobre armas nucleares entre EEUU y la URSS

Una palabra hizo fracasar la negociación sobre armas nucleares entre EEUU y la URSS

En octubre de 1986, Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov se reunieron en Reikiavik, en Islandia, para hablar del control del armamento, principalmente de la reducción de misiles balísticos. El lugar exacto fue la casa que se ve en la imagen. Una reunión que resultó ser muy importante, más de lo que se esperaba, y cuyo objetivo era enfriar todavía más la Guerra Fría. Pero una palabra hizo fracasar la negociación sobre armas nucleares entre EEUU y la URSS. La palabra era laboratorio.

La cumbre estuvo repleta de discusiones detalladas sobre qué hacer y cómo. El presidente de Estados Unidos, Reagan, y el secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética, Gorbachov, entraron en detalles sorprendentes durante sus discusiones. Las propuestas eran realmente de calado, con una reducción significativa de las armas desplegadas y por lo tanto de las amenazas. No hay que olvidar que estamos hablando de octubre de 1986, por lo que hacía tan sólo medio año de la catástrofe de Chernóbil, y eso también influía en la situación.

La carrera armamentística en la Guerra Fría había llegado a tal punto que entre los dos bloques superaban las 30.000 cabezas nucleares, y con unas 1.500 se estima que habrían tenido suficiente en cualquier situación.

Una palabra hizo fracasar la negociación sobre armas nucleares entre EEUU y la URSS: laboratorio

La URSS ofreció eliminar la mitad de todas las armas estratégicas, incluyendo los misiles balísticos intercontinentales, así como acabar con las armas de alcance medio, que eran un peligro para Europa. Se llegó incluso a poner sobre la mesa, por parte de ambos, darse un plazo de 10 años para eliminar todas las armas nucleares.

En una reunión que se alargó y acabó consumiendo casi toda la noche, las delegaciones tuvieron un tira y afloja sobre el acuerdo y todo parecía ir bien. El acuerdo estaba en unos términos que iban mucho más allá de lo esperado en un primer momento. Al final de aquella noche decidieron tener otra reunión al día siguiente, un encuentro que no estaba en la agenda inicial. Era una oportunidad histórica. Sin duda hubiera sido un avance significativo en el desarme mundial y en reducir la tensión entre los bloques, pero todo se fue al traste por una palabra: laboratorio.

Gorbachov estaba de acuerdo en eliminar los misiles en 10 años, pero quería que cualquier investigación sobre determinadas armas se limitara a los laboratorios. Esa limitación incluía la Iniciativa de Defensa Estratégica de Estados Unidos, la conocida entonces como Guerra de las Galaxias. Este proyecto pretendía crear un sistema de defensa que desde el espacio fuera capaz de interceptar los misiles lanzados hacia el país norteamericano o sus aliados.

El acuerdo hubiera sido histórico y la negociación fue larga, pero toparon con un punto insalvable

Reagan no estaba de acuerdo en limitar la investigación a los laboratorios y pidió que se eliminara ese punto. Quizás estaría dispuesto a controlar la investigación, pero no a dejarla enjaulada en los laboratorios. Gorbachov se negó a pasar por ese cambio, por quitar esa palabra, y esto hizo que todo se estancara, que el resto del acuerdo quedara bloqueado. Ahí se rompieron las negociaciones.

Reagan y Gorbachov llegaron al momento final discutiendo sobre esa palabra. El soviético decía que los americanos podrían hacer pruebas, prototipos o lo que quisieran, siempre que fuera en un laboratorio. Y Reagan, por su parte, decía que todo eso estaba bien, pero que tarde o temprano tendrían que ir un paso más allá y que no podía aceptar tal limitación. A ninguno le valía usar un sinónimo o buscar otra opción. Y eso acabó con el tratado.

Afortunadamente, tras esos días en Reikiavik ambos bloques sabían hasta dónde estaba el otro dispuesto a llegar en el desarme y en el control de las armas nucleares. Eso facilitó posteriores negociaciones. Por cierto, en 1985 EEUU y la URSS habían acordado parar la Guerra Fría en caso de invasión alienígena.

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