Durante la pandemia del COVID-19 se popularizaron en los medios algunos términos estadísticos y gráficas que servían para comprender hasta dónde alcanzaban los contagios. Es una muestra más de lo necesarias e importantes que son las matemáticas. Y esta relación entre salud, estadística y visualización de datos tiene un magnífico ejemplo en el mapa de John Snow contra el cólera. Se suma esto a otras curistorias como la del mapa estadístico que ayudó a Lincoln, la de Florence Nightingale, la estadística y la enfermería, la de cómo los aliados supieron cuántos tanques fabricaba Alemania gracias a la estadística y los números de serie o la de la pérdida del submarino USS Scorpion y las matemáticas.
El mapa de John Snow contra el cólera es un magnífico ejemplo de cómo visualizar los datos sobre un mapa puede cambiarlo todo
A mediados del siglo XIX se creía popularmente que el cólera se contagiaba a través del aire, y no comprender bien sus sistemas de infección hacía que el miedo fuera algo común. Los brotes de cólera se cebaban con muchos lugares, entre ellos Londres, y no se sabía cómo ponerle coto. Entre otras cosas, porque la realidad no eran como se creía que era. Y ya saben, como digo Mark Twain: no es lo que no sabes lo que te mete en problemas; Es lo que sabes con certeza que, simplemente, no es como tú crees.
Un médico inglés llamado John Snow, nacido en 1813, tenía la hipótesis de que el aire no era el medio de transmisión del cólera, sino el agua. Snow no era un médico cualquiera, ya que había anestesiado a la reina Victoria en su octavo parto y así se había ganado el título de sir. Era 1853 y la anestesia no era todavía muy usada, por lo que este ejemplo de la reina y Snow sirvió para que se avanzara en su aplicación. Repetiría Snow anestesiando a la reina en el nacimiento de la siguiente hija de esta, la princesa Beatriz.
En esos años de 1850, el suministro de agua en Londres se basaba en una serie de pozos o depósitos donde se almacenaba y desde ahí los ciudadanos la llevaban a sus casas. Como en el sistema circulatorio humano, este era el flujo de agua buena, pero había un flujo paralelo de aguas residuales que no siempre acababa en el precario sistema de alcantarillado, sino que la ciudad tenía numerosos edificios con sótanos donde había pozos negros.
Ver sobre el mapa cuánto se tardaba desde cada casa a una fuente fue clave para detectar dónde estaba el problema
Para comprobar su hipótesis que relacionaba el agua y el cólera, John Snow comenzó a apuntar datos sobre los casos de cólera que se iban diagnosticando en el barrio del Soho londinense. Era 1854. Sobre un mapa, Snow fue registrando las casas donde un enfermo fallecía a causa del cólera y colocó sobre un mapa de las calles de Londres unos 600 casos. Dado que Snow buscaba relacionar las muertes por cólera y el agua, también situó en el mapa esas fuentes que servían de punto de suministro para los ciudadanos.
El resultado visual sobre el mapa lo puso tras la pista. Muchas de las muertes se centraban en torno a una fuente de agua en Broad Street. Los habitantes que por cercanía o comodidad se abastecían de ella, tenían una tasa de contagios mucho mayor que otras zonas. Ver sobre el mapa cuánto se tardaba desde cada casa a la fuente fue clave para detectar dónde estaba el problema. En algunos casos el enfermo en cuestión tenía otra fuente a menos distancia, pero viéndolo sobre el mapa, era más cómodo ir hasta la fuente de Broad Street.
Snow hizo un trabajo tan exhaustivo que incluso en algunos casos de enfermos que vivían alejados de la fuente contaminada, fue capaz de trazar cómo había llegado hasta ellos agua de esa fuente. Curiosamente, los trabajadores de una fábrica de cerveza que estaba cerca de la fuente de Broad Street se mantenían a salvo. Al parecer era porque podían beber cerveza en lugar de agua gracias a su trabajo y así evitaban el cólera.
Los datos y aquel mapa del cólera sirvieron para salvar muchas vidas, incluso sin comprender muy bien el porqué
Detectado el origen de los contagios, Snow tomó muestras y comprobó en el microscopio que un microorganismo desconocido estaba presente en aquella agua. Aunque sin saber bien la explicación al origen de la enfermedad, los datos objetivos fueron suficiente para que la prudencia de las autoridades les llevara a cerrar la fuente de Broad Street. Con ello el cólera en Londres remitió.
Parece que el origen de aquel problema con Broad Street estuvo en un pañal sucio que fue arrojado a un pozo negro y que acabó infectando al agua que consumían los ciudadanos.
Qué grande, y en sus ratos libres además era Lord Comandante de la Guardia de la Noche!
Gracias a Dios, porque la noche es oscura y alberga horrores :)