El exterminio de gorriones y la Gran Hambruna china

El exterminio de gorriones y la Gran Hambruna china

La curistoria de hoy es un clásico en las charlas y las clases de economía. Ocurrió en 1958, cuando Mao Zedong lanzó un plan en China para acabar con los gorriones que acaban con las plantaciones. Sólo en un lugar como China y en un momento como aquel se podía llevar a cabo un experimento, aunque no fue un experimento en realidad, de este calibre. El resultado, como vamos a ver, no fue el esperado. El exterminio de gorriones y la Gran Hambruna china es una interesante lección.

El exterminio de gorriones y la Gran Hambruna china es una lección sobre la relevancia del equilibrio y la necesidad de ciertos males menores

El plan del gobierno chino, conocido como el Gran Salto Adelante, era mucho más amplio que esto que vamos a ver. Su objetivo era modernizar e industrializar China, a la vez que cortaba la dependencia de otros países. Las acciones, en todos los ámbitos, se hicieron a lo grande, influyendo drásticamente en las vidas de millones de personas. Los agricultores era un pilar de china. Tanto es así que son una de las estrellas de la bandera de China.

Como decía, el plan eran amplio y por lo tanto las causas de su fracaso son varias. Una de las partes del plan era la campaña de las Cuatro Plagas, que pretendía acabar con los ratones, los gorriones y otros animales e insectos enemigos de las plantaciones. Enemigos tan sólo a priori y erróneamente, como veremos.

Pero vamos a centrarnos en el caso de los pájaros, concretamente de los gorriones. Estos pájarillos eran un martirio para la agricultura china, porque dañaban las cosechas. Gran parte de las semillas que los agricultores chinos plantaban y de los granos no llegaban a germinar porque los gorriones se los comían. Aquello reducía la producción del campo.

Usando cierta lógica, pensaron que acabar con los gorriones haría que esa cosechas fueran más abundantes ya que se eliminaba uno de los elementos que más las dañaba. Toda China le declaró la guerra a este pajarito y prácticamente consiguieron extinguirlo. Destruían los nidos, los huevos, los envenenaban… cualquier método era bueno para matar gorriones. El plan fue un éxito, tan sólo en ese sentido, en acabar con los gorriones.

La parte de las cosechas que se comían los gorriones bien podía considerarse un pago por su labor de protegerlas de los insectos.

Poco después, en 1960, algunos científicos de fuera China comenzaron a alertar del error que suponía el plan de las Cuatro Plagas. Los gorriones comen más insectos que semillas, y son una barrera esencial para que esos insectos de los que se alimentan no acaben con las cosechas. Dicho de otro modo, la parte de las cosechas que se comían los gorriones bien podía considerarse un pago por su labor de protegerlas de los insectos.

En la primavera de ese 1960 el gobierno chino se dio cuenta del error, pero era demasiado tarde. Los gorriones ya no estaban. Y las cosechas quedaban ahora a merced de un enemigo mucho peor, las langostas. Estas, sin gorriones que se las comieran, proliferaron en tal medida que arrasaron el campo chino. Como una gran plaga bíblica. Tan conscientes fueron de su error los chinos que importaron gorriones de la Unión Soviética para repoblar sus campos.

Como decía, no fue un factor único, pero este problema con los gorriones redujo las cosechas y contribuyó a lo que se conoce como la Gran Hambruna. Entre 1959 y 1960 esa Gran Hambruna fue un desastre que dejó decenas de millones de muertos en China. 

Acabar con los gorriones rompió el equilibrio. Esta historia habitual de los libros de economía deberíamos tenerla en cuenta en muchas ocasiones, cuando un mal menor es el precio a pagar por mantener el equilibrio. Nunca está de más tener en cuenta esta historia sobre el exterminio de gorriones y la Gran Hambruna china.

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