En la última entrada, en la que les hablaba de los rechazos editoriales de El señor de las moscas de William Golding y cómo un editor lo cambió para convertirlo en un clásico. Les decía también que la obra había cambiado de título. Pasó de Los extraños que llevamos dentro, el título original, al que todos conocemos. Hay otros casos de libros que cambiaron su título original, siendo este uno que hoy todos conocemos.
En algunos casos, los títulos provisionales han sido varios. De hecho, en el propio El señor de las moscas Golding tenía varias opciones, y el título final se lo puso un editor de Faber, ni siquiera él, que era el autor.
A continuación tenemos una lista de buenos ejemplos sobre estos cambios. Por cierto, me ha costado encontrar ejemplos de obras de autores en castellano, no tanto en inglés, por lo que si alguno de ustedes conoce algún caso, ahí están los comentarios para compartirla.
Libros que cambiaron su título original y que hoy son clásicos: Guerra y Paz, 1984, El señor de los anillos… se iban a titular de otro modo
La lista en cuestión:
- Lo que el viento se llevó, de Margaret Mitchell, iba a titularse Las cornetas tocaron la verdad o Carga con la dura de tarea, entre otras posibilidades.
- Orgullo y prejuicio, de Jane Austen, se titulaba en origen Primeras impresiones.
- 1984, de Orwell, era El último hombre de Europa.
- Lolita, de Nabokov, era Un reino junto al mar. No era este segundo un mal título, en mi opinión.
- Guerra y Paz, de Tolstói, era Bien está lo que bien acaba. En este caso, la opción descartada me suena un poco naíf.
- Retorno a Brideshead, de Evelyn Waugh, era La casa de la fe.
- El gran Gatsby es de los casos en los que se manejaron varias opciones: Entre basureros y millonarios, Bajo la estela roja, blanca y azul o Un amante de altos vuelos.
- Moonraker, de Ian Fleming, una novela de James Bond que tuvo su película, se iba a titular Los lunes son un infierno.
- Matar a un ruiseñor, de Harper Lee, era, sencillamente, Atticus.
- París era una fiesta, de Ernest Hemingway, que se publicó póstumamente, tenía como opciones para el título Las buenas uñas son de hierro o El ojo y el oído. Su viuda finalmente optó por el que conocemos.
- Drácula, de Bram Stoker, hizo el viaje contrario que Matar a un ruiseñor y acabó con el nombre del protagonista en el título. El título iba a ser El muerto no muerto.
- El señor de los anillos, de J.R.R. Tolkien, estuvo cerca de ser La guerra del anillo.
- Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll, estuvo cerca de ser Las aventuras de Alicia bajo el suelo, Alicia entre las hadas o La hora dorada de Alicia.
- Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, iba a titularse La casa.
Si no recuerdo mal, otro título que se barajó para Lo que el viento se llevó fué Ya pensaré en ello mañana, lo que en mi opinión sitúa el foco mejor en el personaje de Scarlett y menos en ese sur antebellum mitificado.
Vamos, que se hubiera podido titular Hakuna Matata…
Gracias Iván por el comentario, es cierto que Lo que el viento se llevó tuvo varias opciones.
Saludos.
Pingback: El mensaje de George Orwell - Think tank para intelectuales, principalmente de ambas Américas