Los egipcios anticipaban la economía midiendo el Nilo

Los egipcios anticipaban la economía midiendo el Nilo

La evolución anual del río Nilo era determinante para las cosechas en el antiguo Egipto y, por lo tanto, para su economía. Las crecidas permitían que la agricultura fuera una fuente de alimento y riqueza, a pesar del entorno, más bien duro y poco favorable. Además de pedir a los dioses, los egipcios trabajaban mucho para aprovecharse del río y trataban de hacer sus propias predicciones sobre cómo de buenas o malas serían las cosechas. Para esto utilizaban los nilómetros. Los egipcios anticipaban la economía midiendo el Nilo.

La palabra nilómetro es descriptiva de sí misma. Nilo, por el nombre del río, y metro, que como bien saben indica medición. Es decir, un nilómetro lo que hacía era medir el Nilo. Pero no era algo tan simple como medir la profundidad del río, sino que los nilómetros servían para saber, en último término, si habría hambruna o no.

Los egipcios anticipaban la economía midiendo el Nilo con los nilómetros y con esto se marcaban los impuestos

Los egipcios trabajaban duro para aprovechar el agua que les llevaban las crecidas hasta los terrenos adyacentes al río Nilo. Durante las semanas anteriores y posteriores a una crecida se trabaja duro para preparar y mantener los muros de barro que servían como diques. Estos muros de barro eran los que mantenían el agua en los terrenos agrícolas, una vez que el río comenzaba a replegarse a su cauce natural. El agua se evaporaba al poco tiempo de los campos, pero dejaba un terreno rico en el que cultivar.

Una subida pobre indicaba que los terrenos más alejados del cauce natural del río quedaban sin inundar y, por lo tanto, infértiles en gran medida. Esto significaba que la cosecha no sería abundante y, por lo tanto, habría hambre. Una subida muy grande no era mucho mejor. El río destruiría los diques e incluso casas y otras construcciones. Sin diques, no funcionaba el sistema de retención de agua, no habría buena cosecha y, de nuevo, habría hambre.

El trabajo de los campesinos también se movía en el ciclo que determinaban las crecidas. Además de las labores agrícolas, había que mantener los diques. El trabajo en el campo era crítico en Egipto, y seguiría después de la muerte. Los ushebtis se enterraban con el faraón para que trabajaran por él en el más allá

En definitiva, la crecida del río debía moverse en su justa medida para que fuera favorable para la agricultura. Tan importante era que los egipcios diseñaron los nilómetros. Además de para conocer cómo iba a ser la cosecha, los nilómetros se usaban para determinar los impuestos que se tendrían que pagar los campesinos cada año. Eran un indicador anticipado de cómo iría la economía.


Con 12 codos, hay hambre; en 13 hay escasez; 14 trae alegría; 15, seguridad, y 16 abundancia, gozo y placer

Los nilómetros eran escalas, de diversas formas, que se construían cercanas al propio río, a su cauce natural. Algunos eran escalones excavados en piedra, y a medida que se cubrían los escalones de agua se sabía el volumen de la crecida anual. También los había en forma de columna o, sencillamente, pozos.

Esa medición temprana, ya que se hacía junto al propio río, indicaba cuál sería el tamaño de la crecida anual. No es de extrañar que en una sociedad tan centrada en sus dioses como la egipcia, se aprovechara este conocimiento con fines religiosos. Los sacerdotes eran los que seguían la evolución de los nilómetros y, por lo tanto, podían jugar con cierta ventaja en sus mensajes.

En definitiva, como dejó escrito el romano Plinio el Viejo en el siglo I, se podía saber cómo le iría a la gente de Egipto según la crecida del Nilo:

Cuando el ascenso alcanza 12 codos, hay hambre; en 13 hay escasez; 14 trae alegría; 15, seguridad, y 16 abundancia, gozo y placer

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