El derribo de un avión de pasajeros nos permitió usar el GPS

El derribo de un avión de pasajeros nos permitió usar el GPS

El vuelo 007, de las Korean Air, despegó el 31 de agosto de 1983 con 269 personas a bordo. Salió del aeropuerto neoyorquino John Fitzgerald Kennedy y su destino era Seúl. Pero no llegó nunca a tomar tierra en ese destino. Tras unas horas de vuelo, el piloto automático se desvió de la ruta esperada, metiendo el avión en territorio ruso. Los pilotos dudaron de la ruta, pero decidieron fiarse del piloto automático. La historia del 007 es triste, pero el derribo de un avión de pasajeros nos permitió usar el GPS con fines civiles.

En 1983 cualquier incidente entre la URSS y EEUU podía acabar con muertos e incluso en una guerra

Era 1983 y las relaciones entre los dos bloques de la Guerra Fría, soviético y estadounidense, pasaban por un momento delicado. Por si esto fuera poco, un incidente anterior, en 1978, también con un avión de Korean Air, había acabado con varios muertos y con los rusos rojos de vergüenza. En ese encontronazo previo, el avión de pasajeros fue alcanzado por disparos de un caza ruso e hizo un aterrizaje de emergencia. La vergüenza para los rusos llegó porque el avión había penetrado mucho en su territorio.

Volviendo a 1983, la ruta del 007 la marcaba el piloto automático. El avión, después de repostar en Alaska, comenzó a desviarse de la ruta esperada, metiéndose en territorio ruso. Los pilotos dudaron en algún momento, pero decidieron fiarse del piloto automático. En aquel momento, la navegación no se hacía usando el GPS, sino que se usaba el sistema de navegación inercial.

Este método usa acelerómetros y sensores de rotación para ir calculando la ruta en cada momento en un ordenador en el propio aparato. Algo falló y metió al avión en problemas. Metió al avión en territorio soviético. Nada tan fiable como las flechas en el suelo que guiaban a los pilotos de avión a través de Estados Unidos.

Después del incidente de 1978, los rusos no estaban dispuestos a dejar pasar una. Por si fuera poco, un avión de reconocimiento estadounidense ya había estado por la zona aquel mismo día, y había sido detectado. Por lo tanto, es casi de esperar que no tardaran en salir cuatro cazas MiG-23 detrás del avión de Korean Air. La suerte acompañó a los coreanos, ya que los MiG-23 no dieron con él por problemas en los radares terrestres.

Los rusos no permitían que su cazas volaran con mucho combustible, para evitar deserciones de pilotos

Además, había una política rusa para impedir deserciones, como algunas que ya se habían producido, y los cazas que salían de patrulla no llevaban demasiado combustible. De este modo, el piloto no podía volar hasta otro país y desertar. Por esto aquel ya 1 de septiembre de 1983 los MiG-23 volvieran a su base, para no quedarse sin combustible. Se volvían sin interceptar al 007 de Korean Air.

La ruta llevó de nuevo al avión a volver a espacio aéreo internacional, pero poco después sobrevolaba la isla rusa de Sajalín. Los cazas rusos volvieron a salir en busca del avión de pasajeros, con el convencimiento de que era un avión espía. En este caso se trataba de 3 cazas Sukhoi Su-15 y un MiG-23. Poco después de las 6 de la mañana, los cazas tenían a la vista el 007 de Korean Air. Era un avión de pasajeros, pero eso no quería decir que no se estuviera utilizando en labores de espionaje, según los rusos.

Los interceptores soviéticos dispararon varias ráfagas de aviso, sin resultado alguno. El Boeing 747 coreano comenzó a tomar altura, al parecer para ahorrar combustible, y los rusos tomaron este movimiento como una acción evasiva. Lanzaron un ataque que acabó con el vuelo 007 de Korean Air, y sus 269 ocupantes, estrellándose en el mar de Japón. Entre los pasajeros iba un congresista estadounidense.

El derribo de un avión de pasajeros nos permitió usar el GPS para temas civiles. La decisión fue de Reagan

En un primer momento el gobierno de Moscú negó tener nada que ver con la desaparición del avión. Pero el gobierno de Estados Unidos, con Ronald Reagan al frente, no tardó en mostrar lo contrario. Y una vez que se demostró lo ocurrido, Reagan tomó la decisión de abrir el uso del GPS más allá del ámbito militar de su país. Así comenzó la historia el uso civil del GPS, algo que hoy hacemos todos para hacer deporte corriendo, con la bicicleta, para no perdernos con el coche, para evitar atascos y para otras mil cosas.

El sistema GPS funciona gracias a satélites que desde ahí fuera, como diría Fox Mudler, permiten determinar la posición exacta sobre el planeta. Estados Unidos tenía ya una docena de satélites dando servicio incipiente a sus aviones y barcos militares, con un acceso muy restringido. Todavía faltaba mucho para que fuera una realidad, porque las inversiones para saltar de un uso militar a uno civil pleno y abierto eran considerables. Hablamos de satélites y de hace 35 años, pero así comenzó todo, por un incidente de los rusos con un avión de pasajeros coreano.

Por supuesto, además de este tema del GPS, aquel derribo del 007 llevó también a otra crisis más entre la URSS y Estados Unidos. Por ejemplo, unos años antes, precisamente en la frontera entre las dos coreas, casi se va a la guerra por un árbol.

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