De Launay, el último gobernador de la Bastilla

El 14 de julio de 1789 se produjo la toma de la Bastilla. París arrancó la Revolución Francesa con el asalto a aquella fortaleza, que había sido tomada en otras tres ocasiones. En mayo de 1588, en 1594 y en enero de 1649. Todas ellas, de un modo u otro, habían sido protagonizadas por los propios franceses. El 14 de julio de 1789 Bernard-René Jordan De Launay, el último gobernador de la Bastilla, moría. Su vida comienza y acaba en el mismo lugar. Nació en ella, murió por ella y a escasa distancia de ella, tras rendirla.

De Launay, el último gobernador de la Bastilla

De Launay, el último gobernador de la Bastilla, nació en ella y murió cuando fue tomada

De Launay había nacido en la Bastilla en abril de 1740, gracias a que su padre era el gobernador en aquel momento. Hasta los nueve años vivió dentro de la fortaleza, jugó por sus espacios y corrió por las torres. Sólo entonces abandonó el lugar en el que había crecido, para comenzar su carrera militar, como honorario de mosquetero.

En 1776 compró el puesto de gobernador de la Bastilla y allí pasó el resto de su vida. Fue el último gobernador que tuvo la fortaleza, ya que el 14 de julio 1789 se tomó la Bastilla y los acontecimientos de ese día se llevaron su vida por delante.

Se enfrentó al pueblo de París, que se había sublevado y asediaba la Bastilla. Se negó a entregarle armas y pólvora. Especialmente pólvora, porque ya se había dotado de armas en otros lugares. Especialmente en Los Inválidos, un hospital militar en el que se habían almacenado unos 30.000 fusiles.

De Launay negoció con varias delegaciones, sin ceder. Todo fue subiendo el tono y al final la guarnición de la Bastilla abrió fuego contra los revolucionarios. La pelea posterior se saldó con muchos muertos y con De Launay rindiéndose y entregando la fortaleza. La Bastilla fue tomada a eso de las 5 de la tarde y su gobernador fue hecho preso.

De camino al Ayuntamiento, y a pesar de ir escoltado, la turba linchó a De Launay, el último gobernador de la Bastilla. Además de golpes recibió bayonetazos y hasta algún disparo. Moría así, por la Bastilla y cerca de ella. Cerca del lugar donde había nacido y crecido. Por cierto, su relación con la Bastilla tiene otro enlace. Su hija estaba casada con el barón de Jumilhac, cuyo padre había sido también gobernador de la fortaleza.

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