El falso incendio del Museo del Prado en 1891

El falso incendio del Museo del Prado en 1891

Desintoxicando un poco de otro tipo de lecturas, esta tarde he leído en un rato un cómic editado por el Museo del Prado con 7 historias sobre su historia. Se titula Historietas del Museo del Prado. Entre ellas se cuenta el robo de parte del Tesoro del Delfín, el descubrimiento y restauración de un Bruegel el Viejo, la visita exprés de Thatcher de 1988, que les detallaré más adelante o el falso incendio del Museo del Prado en 1891. Un incendio que se publicó en la prensa en primera plana, pero que nunca ocurrió. Por cierto, el dibujante del volumen es Sento.

Una de esas historias ocurre en las largas colas para entrar a la exposición sobre Velázquez de 1990. Más de 500.000 personas la vieron y en ocasiones hubo hasta cinco horas de cola para entrar. En esta historia en el cómic nos vamos encontrando en la cola a tipos que nos resultarán familiares a poco que conozcamos la obra del autor de Las Meninas.

El falso incendio del Museo del Prado en 1891 era un invento de Mariano de Cavia

Volviendo al incendio del Museo del Prado de 1891, en noviembre de ese año Mariano de Cavia publicó una revolucionaria y falsa crónica. Era ya un conocido periodista por sus artículos en El Sol, El Imparcial y en El Liberal, y en este último salió en la segunda página un artículo que rezaba:

La catástrofe de anoche.
España está de luto
Incendio del Museo de Pinturas

La noticia corrió como el fuego, nunca mejor dicho, y el rumor se extendió por un Madrid en el que algunos lo oían a la vez que miraban al edifico del Prado sin ver rastros del incendio. La noticia era falsa. Todo era una invención. El objetivo del periodista era denunciar la precariedad del edificio y sus recursos, albergando como albergaba un auténtico tesoro mundial. No hay que olvidar que ha habido incendios que han arrasado casi ciudades.

El final del artículo aclaraba que todo era ficción pero que dadas las circunstancias aquello podía ser realidad el día menos pensado. Mariano de Cavia consiguió su objetivo con el artículo. El ruido generado acabó por llevar a las autoridades a preocuparse por el estado del museo y tomar medias. Lo cierto es que ya habían tenido lugar dos incendios en el Museo del Prado ese mismo año de 1891, en los días 18 y 21 de julio. Si aquello no había conseguido alertar del problema, la falsa noticia sí lo consiguió.

Al día siguiente, el propio Cavia volvía a escribir sobre el tema explicando el porqué de su artículo. Exponiendo que los trabajadores vivían en malas condiciones en el último piso, con sus estufas y cocinas. Un peligro en un edificio viejo cargado de madera, que a la vez era un museo lleno de obras importantes.

Thatcher visitó el Prado en menos de 12 minutos

Volviendo a la visita de Thatcher de 1988, cuenta Sento en el cómic como llegó, hizo un tour de menos de 12 minutos sin pararse en nada y dejó el museo. Antes de hacerlo, preguntó por la obra favorita del director del Prado. Cuando los periodistas al salir le acercaron los micrófonos a la entonces Primera Ministra del Reino Unido, esta dijo que le había llamado la atención la obra Vista del jardín de la Villa Medici, de Velázquez. Justo la obra que el director le había dicho que era su favorita.

Esta anécdota de Thatcher me lleva por una parte a admirar su destreza para la política y el manejo de los medios. Y por otra parte me lleva a sentir pena por ella. Por haber pedido la oportunidad de visitar el Prado con tranquilidad, una gran compañía y con todos los privilegios.

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