El cifrado de los masones, el Pigpen

El cifrado de los masones, el Pigpen

Los masones o francmasones, utilizaban en ocasiones un método de cifrado que es un juego de niños. De hecho, es un método perfecto para enseñárselo a los pequeños y jugar con ellos a escribir y leer textos cifrados. En sencillo y visual, una combinación perfecta para el juego. En definitiva, un clásico en la historia de la criptografía. El cifrado de los masones, el Pigpen, era muy similar al que usaban los templarios unos siglos antes.

El Pigpen es un juego de niños

Desde el comienzo del siglo XVIII, los masones usaron este método que veremos a continuación para sus comunicaciones secretas e incluso para dejar mensajes escritos en algunos lugares. Se trata de una forma de cifrado por sustitución simple. Es decir, a cada letra le corresponde un símbolo o dibujo, y ese dibujo proviene de la posición en la que se colocan las letras dentro de una tabla y dentro de una cruz, añadiendo puntos para poder alcanzar todas las letras del alfabeto.

La siguiente imagen les ilustrará la idea:

Este cifrado también se conoce como cifrado Pigpen, y en él cada letra se describe en el cifrado por las líneas y puntos del lugar en el que está dentro del dibujo. Así, el texto Plus Ultra escrito en el cifrado de los masones, el Pigpen, correspondería con:

La primera forma marca la celda de la P, que tiene en el dibujo una línea arriba y otra a la derecha, junto con un punto que la diferencia de la G. La L, segunda letra del texto que hemos usado como ejemplo, tiene en el dibujo líneas en la izquierda y en la parte inferior. De nuevo con un punto para diferenciarla de la C. Como vemos, un método sencillo y muy fácil de memorizar y reproducir. Por lo tanto no es extraño que siga presente aún en nuestros días, si no ya en el mundo de la criptografía, sí en el mundo de la educación, en los videojuegos, en el arte e incluso en forma de tipografía.

Hay diferentes versiones con ligeros cambios. Por ejemplo, en ocasiones se prescinde de las dos cruces, para codificar de la S en adelante, y en su lugar se usa una tercera rejilla, donde se utilizan dos puntos en las celdas en las que se sitúan las letras del alfabeto posteriores a la R.

Los masones, los templarios, los Tudor… muchos han usado el Pigpen y sus variantes a lo largo de la historia

Como decíamos, este método era utilizado por los masones para dejar algunos mensajes ocultos en determinados lugares. La tumba de Thomas Brierley, en Inglaterra, cuya imagen pueden ver al comienzo, además de los símbolos masones habituales, el compás y la escuadra, tiene un texto escrito según este alfabeto. Los textos grabados sobre la tumba en la codificación Pigpen hablan de la fecha de ingreso de Brierley, suponemos que en la propia francmasonería, y contienen también la frase Santidad del Señor.

Este método no fue ideado en el siglo XVIII, sino que data de mucho antes. De igual forma también se había utilizado antes, por los Tudor, por ejemplo, y se utilizaría después. El método fue descrito por Vigènere, uno de los hombres más importantes de la historia de la criptografía, y este le otorgaba la creación del mismo a Heinrich Cornelius Agrippa, el sabio ocultista y teólogo nacido en 1486.

Volviendo a los templarios, ellos no utilizaban la rejilla que acabamos de ver, sino que colocaban sus letras en base a su cruz, la cruz del Temple. Si hace unos días hablábamos de los principios de Kerckhoffs y la criptografía moderna, es obvio que el cifrado Pigpen es de una ingenuidad e inseguridad impresionantes. Dicho esto, espero que los masones utilizaran otros métodos más seguros para comunicarse.

Este cifrado, la evolución de la criptografía y la presencia de esta en la historia, están en mi libro Historia de la Criptografía.

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