
Después de las guerras mundiales, y de otras muchas, centenares de miles de jóvenes volvían a su casa, a su pueblo o ciudad, dejando atrás una experiencia que les marcaba de por vida. Pero que en realidad no les permitía en muchos casos buscarse la vida con civiles. Esto es, encontrar trabajo. Cuando un soldado es profesional, el ejército se ocupa de él antes y después de una guerra, pero cuando no lo es, aparece el vacío. El ejército de EEUU trató de ayudar a sus soldados, y las instrucciones básicas se plasmaron en algunos carteles para los veteranos guerra.
No hace muchos días The New York Times publicaba un artículo sobre este tema. Sobre la vida de los soldados llegado el fin la Primera Guerra Mundial, el cuando concluyeron las bombas. Estos jóvenes volvieron a su país en muchos casos después de haber vivido una experiencia terrible en las trincheras. Esto, por cierto, no ha cambiado mucho con el paso del tiempo y los soldados que vuelven de las guerras modernas también están habitados por el estrés de la guerra. Y supongo que, como entonces, lo último que quiere el ejército es que sus integrantes acaben siendo unos parias y unos inadaptados una vez que regresan de la guerra.
Las bombas y las trincheras dejaron importantes secuelas, que se arrastraban a la vida civil
En un estudio de 1921, que cita el mismo artículo de The New York Times, se estima en unos 76.000 los soldados afectados por algo así como crisis nerviosas producidas por el recuerdo de las bombas. Bombas que hacían geografía o demografía de una sola vez. Estos problemas incluían parálisis, ceguera, temblores, insomnio y pesadillas, ansiedad y ataques de pánico. De la Primera Guerra Mundial se aprendieron lecciones que luego se aplicaron en la segunda. Lecciones sobre cómo se debía comportar la sociedad con los veteranos de guerra, y sobre cómo crear una imagen de estos en la misma.
Los soldados debían aprovechar en la medida de lo posible lo que aprendieron del ejército o la guerra. Debían comportarse rectamente, a pesar de no formar ya parte del ejército. También recibieron ayudas. El gobierno de los Estados Unidos ofreció recursos financieros y ayuda a muchos de los casi 5 millones de hombres y mujeres que comenzaron a desmovilizarse en 1919. Encontrar un trabajo era lo primero en la mente de la mayoría de los veteranos, por lo que el gobierno alentó a las empresas a contratarlos.
Carteles para los veteranos guerra que volvían a casa
El artículo recoge algunos carteles que se hicieron entonces por el ejército, para indicar a los soldados cómo debían afrontar su vuelta a la vida civil y ayudarles en el cambio. Estos carteles de la Primera Guerra Mundial fueron diseñados en su mayoría por Gordon Grant y estaban en las bases del ejército por donde pasaban los desmovilizados.







No recuerdo alguna vez que pasaras tanto tiempo sin actualizar. ¿Todo bien?
Muchas gracias Tomatejc por el interés. Todo bien, no es más que un parón debido a viajes y demás vicisitudes veraniegas. Ya mismo volvemos al ritmo habitual.
Gracias de nuevo 🙂