Los fósiles de nuestra evolución, de Antonio Rosas

Los fósiles de nuestra evolución, de Antonio Rosas

En ocasiones alguien me pregunta cómo selecciono los temas de los que hablo en Curistoria, y la verdad es que no hay una selección como tal, sino que van surgiendo de mis lecturas, de cosas que me voy encontrando, me cuentan o veo en algún lugar. Esto hace que unos temas estén más representados que otros, y uno de los temas damnificados es el que tiene que ver con la prehistoria, los fósiles y la evolución. Y lo cierto es que cada vez que me acerco a este mundo me parece más sorprendente. Por eso, merece la pena pararse sobre el libro que hoy les traigo Los fósiles de nuestra evolución, escrito por Antonio Rosas. Una lectura sobre ese alucinante viaje de nuestra especie que, al menos a mí, me sigue dejando con la boca abierta.

La historia de los seres humanos, antes de llegar a serlo, no es sencilla en sí misma, más bien lo contrario. Si a eso sumamos que la ciencia relacionado con ella no puede hacer experimentos o reproducir lo ocurrido, sino únicamente deducirlo, tenemos dos cosas: uno, que la paleoantropología (el estudio de los fósiles) es algo digno de admiración y, segundo, que cada uno de los yacimientos, cada uno de los fósiles que se han ido encontrando, es oro.

En realidad, se trata de componer un puzle, el puzle de nuestro viaje por el árbol evolutivo, y cada vez que se encuentra un fósil tenemos una nueva pieza que hay que encajar, después de encontrar dónde encaja. En base a lo que conocemos, que a menudo es lo que tenemos en el mundo actual (hombre, chimpancés, gorilas…), se trata de buscar la posición de cada nueva evidencia, por sus características, en el camino de los homínidos a lo largo de la evolución.

Los chimpancés son los primates más cercanos a nosotros. Dice el profesor Rosas que hay dos grandes diferencias entre nosotros y nuestros hermanos primates, que caminamos de manera habitual de manera erguida, y que nuestros caninos son mucho más pequeños. Detalles como estos son los que me asombran, porque hay una explicación de por qué y cómo ha influido ese bipedismo en lo que somos. Liberar las manos al caminar, por ejemplo, nos permite transportar cosas, como comida.

Todo esto, como es normal, en base a fósiles y teorías. Ideas que se apoyan en unos determinados fósiles y deducciones, pero que no son más que especulaciones en algunos casos y que cambian. Esperan al próximo descubrimiento o investigación para replantearse todo. La evolución no es algo lineal, es más bien un árbol en cuyas ramas hay muchas variaciones, muchas subramas que nacen, mueren, a menudo pronto, y se cruzan.

Los yacimientos, su historia, la propia historia de la investigación y las piezas del puzle que nos da cada yacimiento, están en este Los fósiles de nuestra evolución. Antonio Rosas nos ayuda a comprender el porqué de cada propuesta y en qué descubrimientos se basan esas propuestas. Antonio Rosas es profesor en el CSIC, director del Grupo de Paleoantropología del Museo de Ciencias Naturales, y ha participado y sigue participando en el trabajo directo sobre esos yacimientos que alimentan el conocimiento sobre cómo hemos llegado hasta aquí.

Háganme caso y acérquense a este mundo, que además de aceptar que aún tiene mucho por descubrir (lo que denota inteligencia) les sorprenderá. Pocas cosas como la evolución del hombre, por un lado, y su posición en el universo, por otro, nos harán ver lo pequeñitos y lo poco importantes que somos. Al menos es algo que a mí me impacta en ese sentido. Conociendo lo que nos narra este libro, uno se da cuenta de esto, y es necesario conocer esa vista de pájaro para tener perspectiva.

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