Chisov, el ruso que sobrevivió a una caída de 7.000 metros en la Segunda Guerra Mundial

Chisov, el ruso que sobrevivió a una caída de 7.000 metros en la Segunda Guerra Mundial

Hace unos días se publicó la noticia de que un ascensor había fallado y había hecho 84 pisos en caída libre, si bien al final los frenos funcionaron y nadie sufrió daños. Al menos daños físicos, porque el miedo tuvo que ser enorme. Me acordé entonces del ruso Ivan Chisov y de su (no) salto en paracaídas.

La historia del paracaidismo nació con André Jacques Garnerin, que fue el hombre que hizo el primer salto en paracaídas. En el siglo XVIII, concretamente en 1797, saltó desde un globo. Si hoy todavía tenemos cierto respeto a lanzarnos en paracaídas e incluso a volar en globo, imaginemos el reparo que debería de darle a la gente del siglo XVIII. Pues aún así, el francés Garnerin tuvo el valor de saltar. Yo nunca lo haría. Lo de saltar en paracaídas, digo.

Más de un siglo después, en 1916, nacía en Rusia Ivan Chisov, un teniente de la Fuerza Aérea soviética que combatió en la Segunda Guerra Mundial. Formaba parte de la tripulación de un bombardero en enero de 1942, cuando su avión se vio atacado por varios cazas Messerschmitts alemanes.  Estaba a unos 6.700 metros de altura y saltó del avión, convencido de que aquella era la mejor forma de salvar su vida.

Empezó a caer y caer, sin abrir su paracaídas. Entre el fuego enemigo, le parecía que lo más razonable era dejarse caer durante unos cuantos miles de metros para alejarse del combate (no sé si también es contraproducente abrir el paracaídas a esa altura). Esperaba abrirlo a unos 300 metros del suelo y acabar así el vuelo con calma, pero la caída libre le hizo perder el conocimiento y acabó estampándose contra el suelo sin llegar a usar el paracaídas.

Por suerte, el suelo estaba cubierto por casi un metro de nieve en la ladera sobre la cayó, rodando por ella. No salió ileso, ya que se fracturó la pelvis y tuvo alguna contusión seria, pero no es mal balance para una caída de cerca de 7.000 metros. Fue operado y cuando se recuperó, 3 meses y medio después, comenzó a trabajar como instructor. Él solicitó volver a volar en operaciones de combate, pero no le fue permitido y le enviaron a formar a nuevos reclutas. Supongo que empezar las claves con su propia historia, si lo hacía, era una forma de meterse a sus alumnos en el bolsillo.

3 comentarios en “Chisov, el ruso que sobrevivió a una caída de 7.000 metros en la Segunda Guerra Mundial”

  1. El paracaidas lo inventó el malagueño Abbás Ibn Firnás en el siglo IX. Si tiró desde lo alto del minarete de la Mezquita de Córdoba en 852.

    https://es.wikipedia.org/wiki/Abb%C3%A1s_Ibn_Firn%C3%A1s

    En 875 realizó el primer vuelo en planeador. Si bien fue un vuelo vertical, hacia abajo. La hostia tremenda le valió su sobrenombre de "El Cojo"

    Un aeropuerto iraquí y un cráter de la Luna llevan su nombre.

    Abu l-Qāsim Abbās ibn Firnās (árabe: أبو القاسم عباس بن فرناس; Ronda, Málaga, 810 – Córdoba, 887), precursor de la aeronáutica,1​ fue un protohumanista, científico y químico andalusí nacido en una familia de origen bereber cuyos ancestros participaron probablemente en la conquista de la península ibérica.2​ Vivió en la época del Emirato Omeya en al-Ándalus. Su nombre sería latinizado posteriormente como Armen Firman. Un cráter de la Luna, un aeropuerto en Irak3​ y un puente en Córdoba (España) llevan su nombre.

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