Luca de Pacioli, el religioso padre de la contabilidad

Luca de Pacioli, el religioso padre de la contabilidad

A algunos la contabilidad les trae dolor de cabeza, porque la tienen que estudiar o porque se pelean con ella en el trabajo. Pero lo cierto es que la contabilidad y su partida doble son uno de los inventos que más importancia ha tenido en el mundo el capitalismo, me atrevo a decir. Un método sencillo, pero a la vez tan estricto como para mantener las cuentas organizadas de manera lógica. El padre de esta contabilidad de partida doble fue un religioso.

Luca de Pacioli fue un franciscano que nació en 1445 en Italia y que murió en 1517. Además de religioso, fue un matemático con cierto peso y dejó su huella en la estadística. En 1494 escribió un libro que dejaba ya desde el título sus intereses por ese mundo matemático y estadístico: Summa de Arithmetica, Geometrica, Porportioni et Proportionalita. Eso eran títulos para libros.

El libro era un tratado extenso de matemáticas de más de 600 páginas. El interés de Pacioli por recoger los conocimientos matemáticos a los que tenía acceso le llevó a realizar ese gran trabajo. No está nada mal para ser una obra del siglo XV lo que en ella se recoge. Allí había apenas unas decenas de páginas en las que describía el sistema contable de doble partida, de manera detallada y con ejemplos. Para ser justos, no fue él el inventor de este método de organización de pagos y cobros, ya que los comerciantes venecianos ya lo usaban y en otros lugares de lo que es hoy Italia se usaban métodos similares. Pero sí fue el que lo documentó y pensó para que cumpliera con su objetivo de manera firme y exacta.

No es esta la única contribución de Pacioli a la historia y a la matemática, pero el mundo moderno no sería el mismo sin la forma en que se ha llevado la contabilidad. También es cierto, como decíamos, que no fue una idea suya, aunque la pensó y que, si no hubiera sido él, hubiera sido otro el padre. Pero aún así su admirable afán por aglutinar conocimientos matemáticos le empujó a tomarse la molestia de formalizar lo que ya existía de manera más o menos desordenada. Esta curistoria, por cierto, me recuerda a aquellos religiosos que crearon un seguro para proteger a sus viudas.

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