El insólito descubrimiento de manuscritos de Leonardo da Vinci en España en 1965

El insólito descubrimiento de manuscritos de Leonardo da Vinci en España en 1965

Hace unas semanas, en el magnífico programa de radio Documentos RNE, que ya les he recomendado otras veces, hablaron de Leonardo da Vinci y, especialmente, de los Códices Madrid, I y II, que están en la Biblioteca Nacional de España. No conocía la curiosa historia del descubrimiento de estos códices, y lo cierto es que fue un sueño para el descubridor y una crisis importante para la institución nacional. Entre otras cosas, porque el descubridor fue extranjero.

Ya saben que da Vinci dejó muchos documentos escritos, con esa escritura especular suya tan característica, aunque gran parte de los mismos se han perdido. Escritos y dibujados, por cierto, porqu están repletos de excelentes e ilustrativos dibujos. Uno de esos textos son los conocidos como Códices Madrid, que en total son más de 700 páginas, y que tratan sobre mecánica, geometría o poliorcética, entre otras cosas, además de notas mucho más mundanas y que el genio renacentista escribía para sí mismo. Llegaron a España esos manuscritos en la época de Felipe II gracias a un escultor italiano, y acabaron en la Biblioteca Real a comienzos del siglo XVIII, que más tarde vendría a ser la Biblioteca Nacional, después de pasar por El Escorial.

Al colocar la signatura a los documentos se cometió un error, y por lo tanto quedaron clasificados y almacenados erróneamente. Como decía, esto aconteció a comienzos del siglo XVIII. Varios siglos más tarde, en 1967, el profesor estadounidense Jules Piccus, filólogo, visitó la Biblioteca Nacional de España durante una investigación y pidió que le entregaran una obra indicando la signatura que traía escrita. Cuando tuvo los manuscritos pedidos en sus manos y los abrió, se dio cuenta de que no eran lo que esperaba. De hecho, estaban escritos de derecha a izquierda, con esa escritura especular que conocemos de Leonardo da Vinci.

Piccus cayó en la cuenta de lo tenía delante por los dibujos y porque pudo ver el nombre de da Vinci en algunos lugares. Sin decir nada, en un acto quizás no muy noble pero que cualquier investigador hubiera llevado a cabo, pidió una reproducción en microfilm de los manuscritos, que es otro de los servicios que le ofrecía la entidad española, devolvió los documentos y se fue a su país. La BNE volvió a poner todo en su sitio, con la misma signatura equivocada y por lo tanto sin saber que lo estaba custodiando era una joya magnífica del puño y letra de Leonardo da Vinci.

Con los microfilms en su poder y por lo tanto con la capacidad para reproducir los códices leonardinos, Piccus convocó a la prensa de su país e hizo público su descubrimiento. Los documentos se publicaron antes en EEUU que en España, viendo la luz esos manuscritos inéditos hasta entonces con siglos de retraso y generando una crisis tremenda en la BNE. Todo por un error en una signatura hecha en el siglo XVIII, por lo que nadie esperaba encontrar escritos de da Vinci en España.

Parece casi el comienzo de una novela histórica: el descubrimiento fortuito de un manuscrito de Leonardo da Vinci en una biblioteca… pero en este caso, fue cierto.

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