Quemarse a lo bonzo, el suicidio del monje budista

Quemarse a lo bonzo, Malcolm Browne
(Foto de Malcolm Browne)

Hoy se ha quemado en un pueblo de Madrid un hombre a lo bonzo, acabo de leer en el periódico. Ya saben, se ha rociado de gasolina y se ha prendido fuego. Esta forma de suicidio proviene de los monjes budistas, concretamente de uno de ellos.

Los tibetanos, al menos algunos y especialmente algunos monjes, han protestado contra el gobierno chino de esta manera tan brutal. Su lucha es pacífica y no entra en el plan de lo monjes levantar la mano frente a nadie, por lo que su método de protesta es quemarse vivos. Mueren con calma, preparando su final como en un ritual. Esperan que este tipo de sacrificios impacten a sus enemigos, aunque supongo que ellos no los llamarían enemigos, y también que recaben cierta atención del resto de países del mundo, como ocurrió con el suicidio de Thích Quảng Đức.

Thích Quảng Đức fue un monje vietnamita que para protestar contra el gobierno de Ngo Dinh Diem se prendió fuego en Saigón en 1963. Bajó de un automóvil junto a otros dos monjes, se sentó tranquilamente sobre un cojín en mitad de la calle, cruzando las piernas en la posición del loto, lo rociaron con gasolina sus compañeros y se quemó hasta morir sin mostrar dolor o signo alguno en su rostro.

Aquel momento fue hecho historia por varios fotógrafos, entre los que estaban David Halberstam y Malcolm Browne. Las fotos, que seguro que ustedes conocen porque son un mito, llevaron a esos fotógrafos a compartir el premio Pulitzer de 1964.

Thích Quảng Đức se quemó a lo bonzo y dio origen a esa expresión, que no a ese método de suicidio o protesta. Bonzo, como pueden leer en la RAE, es una palabra sinónima de monje budista, precisamente lo que era Thích Quảng Đức. Y el segundo texto que encontramos en la RAE asociado a bonzo, es: rociándose de líquido inflamable, y prendiéndose fuego en público, en acción de protesta o solidaridad. Desde aquel día de 1963, quemarse a lo bonzo es en realidad quemarse como un monje budista.

Quemarse a lo bonzo, David Halberstam
(David Halberstam)

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