El duque de Brunswick y el origen del menú en los banquetes y comilonas

El duque de Brunswick y el origen del menú en los banquetes y comilonas

En nuestros días, en cualquier celebración o comida un poco destacada, uno espera que le entreguen o le pongan a su disposición un papel en el que se enumeren los platos y bebidas que compondrán ese banquete. Habrá quien prefiera la sorpresa y le gustaría no saber cuántos y cuáles serán los platos, mientras que otros querrán conocer todos los detalles antes de comenzar para ver si tienen que ir calibrando las fuerzas para aguantar hasta el postre. Sea por fastidiar a los primeros, por contentar a los segundos o por cualquier otra cosa, lo cierto es que los menús, las minutas, vienen ya de la Edad Media.

Los franceses comenzaron a usar los menús en el siglo XVIII, en sus restaurantes. Pero como recoge el portal dedicado al vino que acaba de lanzar la BNE, el origen de ese menú, de ese listado de platos que componen un banquete, data de 1571, nada menos.

Según parece, se conoce ya desde entonces el extenso listado de platos que disfrutaron en el Consejo de Condes, precisamente porque se describió la comilona en un menú. Nada menos que 14 primeros platos, 22 segundos y 17 postres estaban listos para el festín. Ríase usted de la boda más reluciente de la actualidad.

La costumbre de usar esos menús en los banquetes tiene su origen en el Duque de Brunswick de 1849, esto es, en Guillermo de Brunswick, porque duques de Brunswick ha habido tantos como platos en ese menú del Consejo de Condes. Fue este Guillermo quien comenzó a pedir a sus sirvientes que hicieran una lista de los platos y las bebidas que se iban a servir en sus banquetes, para que supieran de antemano los comensales la que les esperaba. La costumbre del duque no tardó en extenderse y los nobles parisinos le copiaron la idea. Así nació la costumbre actual de entregar el menú a cada invitado.

Como decía, la BNE acaba de lanzar un portal en Internet en torno al vino (Cultura de vinoy ha reunido un buen número de minutas o menús, de los siglos pasados. Una maravilla histórica y gastronómica. El portal tiene además otras colecciones, de dibujos, grabados… todo en torno al vino. No me digan que no es una magnífica excusa para coger un copa de vino y darle un repaso a esos fondos, aunque ya les digo que yo soy más de café, que el vino no lo entiendo ni lo disfruto, supongo que para mi desgracia.

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