Voltaire, el filósofo que se hizo rico explotando un error en la lotería

Voltaire, representado en un billete
(Voltaire, representado en un billete)

A Voltaire todos lo conocimos en el colegio, cuando nos hablaron de la Ilustración. Nacido en 1694, este filósofo francés, y muchas más cosas, tiene un lugar destacado en la historia principalmente por sus ideas, que sí nos las contaron en el colegio. En cambio, no nos contaron cómo consiguió hacerse con una fortuna gracias a encontrar un truco en la lotería que existía por entonces en París y, en cierta forma, estafar al sistema.

Hacia finales de la década de 1720, Voltaire todavía no era una figura destacada socialmente y tampoco era un hombre adinerado. París había puesto en marcha una lotería para intentar recabar fondos y contribuir así a arreglar su tambaleante economía. Para promover que los ciudadanos compraron los bonos que la ciudad lanzaba, dicho de otro modo, para que los ciudadanos financiaran los gastos de París, se lanzó una lotería a la que sólo tenían acceso aquellos que fueran poseedores de bonos oficiales y cuyo premio para el ganador dependía del valor de los bonos que poseía.

Voltaire, junto con algún amigo matemático, se dio cuenta de un pequeño fallo en el diseño de la lotería. El precio de cada ticket para el sorteo estaba referenciado al valor del bono. Así, si habías comprado un bono por valor de 100 francos, el coste del ticket de lotería era 100 veces superior a aquel que había comprado 1 franco en bonos. No obstante, en el sorteo las probabilidades de salir elegido eran iguales para ambos tickets, independientemente de su coste. La contrapartida de esto estaba en el premio.

El ticket que ganaba se llevaba el valor nominal del bono que tenía su dueño, y además de ese dinero se llevaba una importante suma adicional. Esto era un incentivo para que alguien invirtiera un buen capital en bonos. Si el valor del bono que ganaba era alto, lo que ganaría su poseedor sería también mucho dinero, el propio valor del bono, más el premio adicional.

El matemático Charles Marie de La Condamine y Voltaire analizaron el sistema y detectaron que, comprando bonos muy pequeños en valor, podrían comprar un gran número de participaciones para la lotería a un coste muy bajo. Lógicamente, cuantas más participaciones más probabilidades de ganar, y aunque el ingreso por el premio no fuera importante por la parte procedente del valor de bono, si suponía un gran premio por el importe adicional que se llevaba todo ganador. En definitiva, el coste de participación era mucho bajo y el beneficio suficientemente alto.

En junio de 1730, 14 personas, entre las que estaban Voltaire y de La Condomine, se unieron para poner el truco en marcha, repartiéndose los premios como si fueran una cooperativa de jugadores. El sistema funcionó. Reunían para cada sorteo una cantidad de participaciones enorme a base de comprar bonos con valor nominal muy bajo, y acabaron ganando una bonita suma de dinero. El grupo se disolvió, pero Voltaire siguió jugando con el mismo sistema y explotando ese agujero en la lotería hasta hacerse millonario.

A partir de ahí, el prestigio, la posición y el poder de Voltaire fueron en aumento y además, eliminadas las preocupaciones económicas de su vida, tuvo tiempo para dedicarse a lo que le ha llevado a pasar a la historia: pensar.

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