La muerte del Barón Rojo y sus últimas palabras

Tropas australianas junto a los restos del aparato del Barón Rojo
(Tropas australianas junto a los restos del aparato del Barón Rojo)

Como otras tantas cosas en la historia, lo dejo ya escrito de entrada, los detalles completos de la muerte del Barón Rojo no se conocerán nunca. El más famoso aviador alemán de todos tiempos, Manfred von Richthofen, el Barón Rojo, perdió la vida el 21 de abril de 1918, en el norte de Francia. Tenía en su lista de bajas enemigas 80 aparatos cuando al despegar aquel último día de su vida, le gritó a su personal de tierra:

¿Creéis que volveré?

Aquellas fueron sus últimas palabras, proféticas.

No hay seguridad sobre a quién atribuir la muerte del Barón Rojo, y desde aquel día, del que se cumplirá un siglo dentro de muy poco, la duda planea sobre la bala que lo mató. Porque, ese es otro punto interesante, su avión se estrelló, pero a von Richthofen una bala lo había matado antes de chocar contra el suelo.

La mañana de aquel día de abril, que se había despejado después de amanecer nublada y con niebla, algunos aviones británicos fueron divisados sobre el frente, y varios aparatos alemanes despegaron a su encuentro. Entre ellos, el Fokker Dr.I 425/17 que pilotaba von Richthofen.

En el aire se encontraron dos grupos de aviones, alemanes y aliados, que se enzarzaron en una batalla. En un momento de la misma, el Barón Rojo se lanzó sobre el avión del piloto canadiense Wilfrid Wop May y no dejó de perseguirlo, al contrario de lo que solía hacer, a pesar de que ambos aparatos se adentraban más y más en territorio aliado. Entonces, el capitán de la patrulla de May, el también canadiense Arthur Roy Brown, hizo un picado sobre Richthofen y disparó una ráfaga contra el aparato rojo.

En ese momento, también las tropas de tierra aliadas disparaban contra el avión alemán que sobrevolaba su territorio, a pesar de la distancia. En concreto, eran tropas australianas. Tras los disparos de uno y otro lado, el avión se precipitó contra un campo de remolacha. El Barón Rojo ya estaba muerto cuando llegó al suelo, con toda seguridad. Una bala en el pecho había acabado con su vida. ¿Una bala australiana disparada desde tierra o una bala canadiense proveniente del avión del canadiense Brown?

Según parece, lo más probable es que fuera el fuego antiaéreo australiano el causante de la muerte. Según informes de inteligencia, el Fokker rojo volaba sin control y erráticamente antes de caer al suelo, y a pesar de ello el motor seguía a máxima potencia. Esto contribuye a la idea de que el Barón Rojo, si no estaba muerto en el aire, al menos si estaba malherido y fuera de combate. Esos mismos informes aseguran que el hombre que lo sacó de la cabina, nada más estrellarse, ya dijo que Richthofen estaba bien muerto y que había sido alcanzado en el pecho.

Al final, las palabras de despedida a su personal de tierra tuvieron una triste respuesta. No volvió. Esto es lo más cierto de su muerte, que no volvió. Quién lo mató será siempre una incógnita.

2 comentarios en “La muerte del Barón Rojo y sus últimas palabras”

  1. Es posible que el propio Barón Rojo intuyera que no iba a volver de aquella misión. Desde que había sido herido de gravedad en la cabeza en junio de 1917, sus facultades estaban mermadas y muchos dicen que se comportaba con tal temeridad (como bien dices, contrariamente a lo que solía hacer) porque temía ser declarado no apto para el servicio y prefería morir en combate que ser relegado a un puesto lejos del frente.

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