(Querido Diario: hoy ha empezado la guerra, de Pilar Duaygües) |
Siempre he pensado cuántos de los que escriben un diario lo hacen pensando en que quizás algún día esas páginas compondrán un libro al alcance de todos. Estoy convencido de que muchos de los personajes importantes de los que hoy leemos sus escritos personales, plasmaron estos con un ojo puesto en esa apertura de sus pensamientos a todos. Eso añade algunas ventajas, pero probablemente aporta también una capa de prudencia, un filtro a lo que se escribe, que no existiría si se pensara en el diario como algo totalmente personal. Ya saben que nunca se dice todo lo que se piensa. De igual modo, nunca se escribiría todo lo que se piensa si eso que se escribe puede ser leído. No es el caso del libro del que les hablo hoy.
Pilar Duaygües Nebot fue una mujer catalana nacida en 1921 y que pasó la Guerra Civil Española llevando una vida normal en Barcelona. Una vida normal para una niña de su edad y familia, durante un periodo totalmente anormal. Y eso, la intersección de esas dos cosas, vida y guerra, son las que componen sus diarios y son lo que se narra. Como supondrán, el libro es el compendio, ligeramente editado, de sus notas diarias. Esta vez sí, escritas para ella misma y sin pensar en que algún día acabarían en las librerías.
Se intercalan por tanto en estas páginas, los bombardeos, la escasez y las penurias provocadas por la guerra, con los amores y las infantiles riñas entre amigas. No vivió Pilar, afortunadamente para ella, la guerra en el frente, ni el exilio, ni las cárceles… algo que sí solemos leer en los libros y diarios dedicados a la guerra. Trató de llevar una vida normal, con estudios, amigos, amores y cine, mucho cine. No hay grandes acontecimientos históricos, pero sí hay detalle sobre la vida y el día a día.
Lo que más interesaba a Pilar en aquella época, como es de esperar, eran sus amigas, sus amores y sus estudios. Pero la guerra estaba ahí, como marco insalvable en el que todo quedaba encajado. Pilar, por ejemplo, escribió cómo se levantaba a las cinco o seis de la mañana para hacer cola y comprar harina u otros productos básicos, siendo finalmente muchos días imposible conseguirla. Cuando comenzaba la venta, nos cuenta, la gente se comportaba como animales, con empujones y peleas. Tras esto, Pilar volvía a casa y de ahí al colegio.
Voy a comer un poco, aunque se padece mucha hambre por falta de comestibles. De pan tenemos un trocito pequeño para dos días, y para todo, sea la cosa más insignificante, se ha de hacer cola.
Sorprende la normalidad de algunas costumbres mientras bombardean la ciudad día sí, día no. De todas formas, todo está tocado por la guerra. Hasta las relaciones entre las niñas. Cuenta la autora, sin ir más lejos, cómo se critican unas a otras porque unas son más de la CNT y otras creen que mejor la UGT.
El libro tiene un interés especial por el punto de vista en el que nos coloca, el de una niña que vivió la guerra en una ciudad acechada. Sus pensamientos más personales en torno a sus amigas y amores, es posible que no interesen tanto a los aficionados a la historia, pero si tienen un familiar que vivió aquella época barcelonesa, seguro que este libro les traerá muchísimos recuerdos de su propia vida, de las calles, de los cines, de cómo se estudiaba, de cómo se enamoraban y establecían relaciones… Piénselo si tienen a alguien así cerca, quizás sea un buen regalo este libro.
Insisto, es un libro escrito desde dentro de un momento y una época clave, con una visión diferente y con la limpieza de una niña que no escribe más que para sí.