(¡Recoge ortigas! ¡Si quieres ropa e hilo!) |
El póster superior pertenece a la propaganda alemana de la Primera Guerra Mundial y lo que dice es
¡Recoge ortigas! ¡Si quieres ropa e hilo!
Sí, ortigas, esa planta que al contacto con la piel nos fastidia el día. Pues bien, Alemania tuvo problemas con el abastecimiento de algodón durante la Primera Guerra Mundial y tuvo que recurrir a materiales alternativos. Ya les hablé del tema hace unos años, cuando tratamos de manera general los ersatz, los sucedáneos de productos durante la Primera Guerra Mundial.
Mezclada con algodón, la ortiga daba lugar a una tela que era suficientemente buena para producir uniformes. Como pedía el póster, la producción se elevó durante aquel tiempo y en 1916 casi se alcanzaron los 3 millones de kilos cultivados. Frente al algodón, la ortiga necesita menos agua, es más resistente a los climas duros y necesita menos cuidados.
En 1917 los británicos analizaron las telas alemanas y se llevaron una sorpresa mayúscula al comprobar la materia prima que estaban utilizando, aunque en realidad la ortiga llevaba ya siglos usando con diferentes fines.
Lo cierto es que esos pequeños hilos, más bien agujas, que hacen que la ortiga provoque urticaria, no llegan a la tela y que por lo tanto no hay problema en usarla para vestirnos, debidamente tratada. Pero en cualquier caso, a mí me pica la piel sólo de pensarlo.
Fuente imagen: IWM
Solo recordé el cuento de los príncipes encantados… La realidad a veces desbanca a la ficción.
No conozco ese cuento, al menos por ese nombre. Gracias por comentar, por cierto.
Se me ocurre preguntar, aparte de con la lana de las ovejas, con que otra cosa se hacian las telas la gente del pueblo antes de la popularizacion del señor don algodón?