El cónclave del terror

Imagen del Papa Inocencio IV
(Imagen del Papa Inocencio IV)

Viendo que la falta de acuerdos para gobernar España comienza a sumar meses y meses, creo que va llegando el momento de buscar nuevas orientaciones para solucionar el problema. Como en otras cuestiones, uno puede mirar a la historia como inspiración, y en este caso creo que el conocido como cónclave del terror, hecho para elegir Papa allá por el siglo XIII, puede aportar algo de luz.

El 22 de agosto de 1241 fallecía el Papa Gregorio IX, mientras la Iglesia estaba en guerra contra Federico II,  emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. De los doce cardenales que entonces formaban el Colegio Cardenalicio, dos estaban prisioneros del emperador. La situación hacía que los cardenales tuvieran opiniones e intereses muy diferentes y que ningún candidato llegara a cuajar. Tomó entonces el toro por los cuernos el senador Matteo Rosso Orsini y encerró a los cardenales en unas ruinas carcelarias, bajo llave, y con la vigilancia de unos guardas poco dados a la compresión y muy cercanos a la violencia.

Pretendía el senador forzar la decisión y que esta además se llevara a cabo sin influencia directa del emperador, a ser posible. El encierro duró sesenta días, estuvo plagado de privaciones e incomodidades, a las que hay que sumar el calor veraniego de Roma. Hubo problemas de salud entre los participantes, hasta el extremo de que uno de los favoritos, el cardenal Roberto de Somecortes, murió durante el encierro.

Tras un tiempo, se eligió a un hombre, pero Orsini, el senador que había promovido el cónclave, afirmó que no era válido por no ser uno de los miembros del Colegio de Cardenales y les obligó a seguir encerrados. Finalmente, el 25 de octubre, llegaron a un acuerdo y el cardenal Godfredo Castiglioni fue designado Papa como Celestino IV.

Diecisiete días después, falleció. Quién sabe si por los problemas de salud que le generó el largo encierro y las privaciones. Tras el fallecimiento, pasaron casi dos años antes de que otro Papa fuera elegido, seguramente por no volver a pasar por el trance del cónclave.

Dicho todo esto, apliquen ustedes lo que hayan aprendido de la historia para proponer algún modo de llevar a los políticos españoles a formar gobierno.

Fuente: El cónclave, de Alfredo Urdaci

2 comentarios en “El cónclave del terror”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.