El famoso retrato de Miguel Hernández hecho por Buero Vallejo

Retrato de Miguel Hernández hecho por Buero Vallejo
(Retrato de Miguel Hernández hecho por Buero Vallejo)

En unos días, dos concretamente, se cumplirá un siglo del nacimiento del dramaturgo español Antonio Buero Vallejo. Fue miemrbo de la Real Academia Española, ocupando el sillón X, Premio Cervantes, Premio Nacional de las Letras Españolas y ganador del Premio Lope de Vega con la obra Historia de una escalera. Esta, por cierto, fue la primera obra de teatro que vi en mi vida, o al menos la primera que recuerdo, hace ya muchos años.

Buero Vallejo contaba ya anciano que no comprendía la vida sin música, y que de niño fue muy pesado con sus padres para que le compraran un violín, algo que finalmente no consiguió y que quizás truncó una carrera musical. De joven, también fue muy aficionado al dibujo y a la pintura, pero tras pasar varios años en la cárcel, explicaba como había pensado y reflexionado sobre la pintura en el tiempo que estuvo recluido, pero que no había podido practicar y probar cosas, por lo que al salir de la cárcel en 1946 dejó ese arte a un lado y se centró en otro, en la escritura, dando lugar a la producción que tantos éxitos y reconocimientos le brindó.

En la cárcel coincidió con el poeta Miguel Hernández, aunque parece ser que ya se habían visto en alguna otra ocasión, concretamente en un hospital de campaña en Benicasim. Compartían galería, la de los condenados a muerte, y en un momento determinado, Buero Vallejo le dijo al de Orihuela que tenía que dibujarle un retrato. Así, el dramaturgo retrató al poeta, hombres de letras unidos por un dibujo. Y tan bueno es el dibujo, que es posiblemente la imagen de Miguel Hernández que todos tenemos en la cabeza, ya que ha sido reproducida mil veces.

La dedicatoria de Buero Vallejo la pueden ver en la imagen:

Para Miguel Hernández, en recuerdo de nuestra amistad de la cárcel (25-1-XL)

Según parece, Hernández le envió el dibujo unos meses después a su esposa, Josefina, con la siguiente nota:

Ya que no puedo ir de carne y hueso, iré de lápiz, o sea, dibujado por un compañero de fatigas, como verás, bastante bien.

El dibujo sigue en poder de la familia del poeta.

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