Curistoria, sección teorías sin fundamento, ha concluido que cada vez somos más vagos y menos prestos en salir de la cama. Y una prueba de ello es el horario de los encierros de San Fermín y su variación a lo largo del último siglo.
Parece que los primeros encierros se remontan al siglo XVI, y que ya en la segunda mitad del siglo XIX se tenía como hora cierta para el evento las 6 de la mañana, que era cuando los animales eran dirigidos a caballo hasta la plaza de toros. A esa hora, las 6, ya estaba el sol en el cielo y se veía lo suficiente como para correr delante de los animales.
Entre 1918 y 1923, por un cambio de hora legal, la hora pasó a ser las 5 de la madrugada, aunque en realidad podríamos decir que seguían siendo las 6. En 1924, ya empezamos a andar por el camino de la pereza, los encierros comenzaron a celebrarse a las 7, después de un buen rato ya con el día pleno. Y así fue durante medio siglo, hasta 1974, cuando se retraso una hora más, hasta las actuales 8. Será que a la gente le gusta menos madrugar para jugarse la vida, lo que no es tampoco una tontería.
En conclusión, lo que en un principio era a las 6 de la mañana, hoy es a las 8, dos horas más tarde. Dos horas más de cama y holgazanería. Quizás sea para que los trasnochadores tengan más tiempo de descanso, lo que tampoco nos deja en buen lugar, ya que nos hace elegir entre definirnos como vagos o como crápulas.
Fuente: Navarra.com
Pasar de las 6 a la 8 podría ser para que los trasnochadores se duerman y no entorpezcan … digo yo !!
Hasta 1942 España tenía el uso horario del meridiano de Greenwich por lo que el sol estaba más alto en el cielo, técnicamente se celebra una hora más tarde, y teniendo en cuenta el gran despliegue de personal que tiene ahora VS el que tenian entonces, lo mismo no es tan así de que fueramos más flojos.
Tienes razón, pero además se celebran en horario de verano, por lo que hay que añadir otra hora. En resumen, las 8:00 del reloj son las 6:00 solares.
Levántate, pamplonica,
y da de la cama un brinco;
mira que ya son las cinco
y el encierro es a la seis.
Ya lo dice la canción popular.
Gracias de nuevo Alb por comentar 🙂
Sería mucho más divertido si fuesen en partes aleatorias de la ciudad en horario y fecha también aleatorios… uno podría llegar a casa ebrio y montando un toro o excusarse en el trabajo por el fuerte tráfico taurino esa mañana.
La idea tiene su punto, eso sí. Creo que en algún sitio ha ocurrido algo parecido, pero sin proponérselo.
Saludos.