Submarinos alemanes en Argentina tras la 2ª Guerra Mundial

Marinos argentinos inspeccionan el submarino alemán U-530, en julio de 1945
(Marinos argentinos inspeccionan el submarino alemán U-530, en julio de 1945)

La Segunda Guerra Mundial es tan amplia que ha dado para todo, por supuesto, también para extrañas ideas y elucubraciones sobre conspiraciones. Uno de los hechos reales que ha dado pie a esas historias fantasiosas son las apariciones de submarinos alemanes frente a las costas argentinas varias semanas después de finalizar la guerra.

El 4 de mayo Dönitz dio la orden a todos los submarinos alemanes de entregarse a los aliados. Muchos lo hicieron, pero a medida que pasaron los días se fueron dando por perdidas aquellas naves de las que no se tenía noticia. Al fin y al cabo un submarino podía irse al fondo en mitad del océano tras un ataque o por algún fallo y desaparecer para siempre sin que nadie lo supiera. No hay que olvidar tampoco que algunos comandantes hundieron sus propias naves para que no se entregaran a los aliados.

El 3 de junio de 1945, cuando todo parecía haber acabado, el U 1277 emergía frente a las costas portuguesas y era hundido por su tripulación, que fue rescatada por algunos pescadores y llevados a tierra. Fueron entregados a los ingleses en Lisboa y estuvieron dos años presos. El comandante, Peter-Ehrenreich Stever, fue condenado a más tiempo por haber hundido su nave. Pero hay casos mucho más extraños, por el tiempo pasado desde el final de la guerra hasta su aparición.

El 10 de julio de 1945 el U 530 de Otto Wermuth llegó a Mar de Plata, en Argentina. Había dejado la base noruega de Horten el día 3 de marzo y en mayo había disparado torpedos contra barcos aliados en la zona de Nueva York, aunque sin éxito. Wemurth, con tan sólo veinticuatro años, planteó a sus hombres Argentina como destino para entregarse una vez que supieron que habían perdido la guerra y casi todos estuvieron de acuerdo. Cuando llegó a Mar de Plata, el U 530 había desmontado sus armas de cubierta y las había lanzado al mar, así como todas las armas, torpedos, cartas de navegación, libros de claves, bitácoras y cualquier otro material que consideraron secreto o delicado.

Algo más de un mes después de la entrega del U 530, un barco argentino se topó con un submarino alemán, el U 977 de Heinz Schäffer, también un comandante jovencísimo, de tan sólo veinticuatro años. El submarino había dejado Noruega el 2 de mayo para llevar a cabo una patrulla de combate pero cuando fueron informados de la rendición de su país, los hombres del U 977 decidieron también huir hasta Argentina. Entre el 10 de mayo y el 14 de julio no salieron ni un momento a la superficie, lo que convierte al U 977 en el segundo submarino con mayor número de días navegados en inmersión, sólo superado por el U 978, que lo hizo durante sesenta y ocho días. La travesía fue muy dura, especialmente desde un punto de vista moral, como es lógico. Por fin, el 17 de agosto acabó para ellos el viaje y la guerra, dos meses largos después de la rendición de Alemania.

Esta, y cientos más de historias y detalles sobre el arma submarina en la Segunda Guerra Mundial, lo pueden encontrar en el libro Submarinos, escrito por el autor de este blog.

5 comentarios en “Submarinos alemanes en Argentina tras la 2ª Guerra Mundial”

  1. Muy curiosa la historia toda ella. Me ha surgido una duda, ¿el reactor de algún submarino hundido o desaparecido era atómico? Lo digo por saber cuánta basura radioactiva hay sumergida en el mar. Pd: el libro llegó a tiempo y gustó.

  2. No hay submarinos nucleares nazis hundidos, al menos no que yo sepa. De hecho, no conozco submarinos nucleares nazis.

    Gracias de nuevo por lo del libro 🙂

    Un saludo.

  3. Curiosa historia, sigue el espíritu de quieres rompían la espada para no entregarla.
    Sobre los submarinos nucleares, al final de la segunda guerra mundial sólo USA tenía dominio de la energía atómica y sólo para bombas nucleares.
    Los submarinos atómicos llegaron después, durante la carrera armamentista de USA y URSS, junto con el resto de aplicaciones nucleares.

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