![]() |
(Nikola Tesla en su laboratorio en Colorado Springs hacia 1900) |
Nikola Tesla parece uno de esos científicos que no han sido suficientemente reconocidos por la historia, pero en los últimos años se ha denunciado esa situación tantas veces y se ha hecho tanto por derribarla que casi comienza a ser falsa. Entre los muchos aspectos fascinantes de Tesla está su capacidad de trabajo. Cuando era joven trabajó en la oficina de Thomas Edison en Nueva York, y sus jornadas eran tan largas que el propio Edison le dijo una vez que conocía muchos trabajadores dedicados y duros, pero que él se llevaba la palma. Y cuando decimos largas queremos decir que en ocasiones enlazaba un día con otro.
Cuando ya tenía su propia empresa y trabajaba por libre, se ponía a ello a media mañana y lo dejaba doce horas después, rondando la medianoche, aunque hacía una parada siempre para cenar en el Waldorf-Astoria. Para aprovechar bien el tiempo, llamaba antes de ir para encargar la cena y avisar, y aunque no hay que dudar de la limpieza del lugar, Tesla siempre pasaba una servilleta de lino insistentemente por la vajilla y los cubiertos. Tanto es así, que ya en el hotel tomaron la costumbre de ponerle servilletas en su mesa exclusivamente para este uso.
Una manía o detalle de Tesla que encaja muy bien con la foto superior, es su gusto por la oscuridad y los rayos. La asistenta de Tesla bajaba las persianas en cuanto él llegaba a la oficina, ya que trabajaba mucho mejor en un ambiente oscuro. Sólo cuando había tormentas con rayos se levantaban las persianas, ya que entonces Tesla se sentaba en su sofá negro y veía los rayos por la ventana, algo que le fascinaba.
Una persona original que vivió de forma diferente porque su inteligencia así se lo pedía. Gracias.
Gracias por comentar Trimbolera 🙂