Las ramitas que salvaron a Colón de un motín a bordo

Primer desembarco de Cristóbal Colón en América, por Dióscoro Puebla
(Primer desembarco de Cristóbal Colón en América, por Dióscoro Puebla)

Todos conocemos que cuando Colón partió en busca de Oriente no sabía muy bien qué se iba a encontrar ni cuánto le iba a llevar aquel viaje. Por lo tanto, los que le acompañaban sabían de lo arriesgado de la aventura antes de zarpar, pero aún así llegó un momento en que los nervios pudieron con ellos.

Las naves habían partido de Palos, Huelva, en agosto de 1492 y tras una parada en las Islas Canarias, en los primeros días de octubre la situación era muy tensa. El viaje le parecía ya a la tripulación largo e inseguro y, tras dos meses de dudas, comenzaba a gestarse un motín. La chispa inicial saltó en la Santa María, capitaneada por Colón, pero se extendió rápidamente a las otras dos naves. Entre los amotinados estaban también los famosos hermanos Pinzón.

La tripulación le dio un ultimátum a Colón: o en tres días habían arribado a algún lugar en tierra firme o el viaje se había acabado y debían regresar por donde habían venido, es decir, cruzar de vuelta el océano hasta las costas conocidas. Entonces unos rastros en el agua salvaron a Colón del motín y pusieron fin al viaje. El propio Colón anotó el 11 de octubre, jueves, lo siguiente en su diario de viaje:

Vieron los de la carabela Pinta una caña y un palo, y tomaron otro palillo labrado a lo que parecía con hierro, y un pedazo de caña y otra hierba que nace en tierra, y una tablilla. Los de la carabela Niña también vieron otras señales de tierra y un palillo cargado de escaramojos. Con estas señales respiraron y alegráronse todos… y por que la carabela era la más velera e iba delante del Almirante, halló tierra y hizo las señas que al Almirante habían mandado.

En el último momento unas ramas en el agua, señal de que había tierra cerca, calmaron los ánimos y presagiaron que habían llegado a su destino, que en realidad no era su destino buscado, pero era tierra al fin y al cabo.

Fuente: Pequeña historia de la conquista de América, de Henry Kamen.

2 comentarios en “Las ramitas que salvaron a Colón de un motín a bordo”

  1. Es curioso que tras dos meses de travesía quisieran volver, pues tendrían otros dos meses de vuelta. ¿quizá, siendo la tripulación menos culta, pensarían que la tierra era plana? ¿que no había fin? Yo diría que sí, por eso preferían pasarlas canutas navengando dos meses más que morir en medio de la nada.

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