(Hemingway y sus hijos con tres gatos, en 1942) |
El conocido escritor Ernest Hemingway fue un gran amante de los gatos. Su primer compañero felino se llamó Snowball, como el gato de los Simpsons, y a partir de ahí la familia fue creciendo y creciendo hasta llegar a mantener decenas de gatos en su finca de Cuba.
En febrero de 1953 uno de ellos, Tío Willie, fue atropellado por un coche. Tras este accidente Hemingway escribió la siguiente carta a un amigo.
Querido Gianfranco:
Justo después de escribirte y mientras ponía la carta en el sobre Mary bajó de la Torre y dijo: algo terrible le ha pasado a Willie. Salí y encontré a Willie con sus dos patas derechas rotas: una por la cadera y la otra por debajo de la rodilla. Un coche debía haberle pasado por encima o alguien lo había golpeado con un palo. Había vuelto a casa sobre las patas de un solo lado. Era una fractura multiple con mucha suciedad en la herida y fragmentos sobresaliendo. Pero él ronroneaba y parecía seguro de que yo podría solucionarlo.
Hice que René trajera un bol de leche para él y René lo sostuvo y cuidó para que Willie estuviera bebiendo leche mientras yo le disparaba en la cabeza. No creo que sufriera y los nervios habían sido machacados así que las piernas no habían empezado a dolerle realmente. Monstruo quiso dispararle por mi, pero no podía delegar la responsabilidad o dejar una posibilidad de que Will supiera que alguien iba a matarlo.
He tenido que disparar a gente, pero nunca a nadie que hubiera conocido y amado durante once años. Ni tampoco a nadie que ronroneara con dos piernas rotas.
Fuente: brain pickings
Sólo un genio como Ernest Hemingway podía encontrar, incluso en la lamentable tarea de acabar con el sufrimeinto de su amada mascota, belleza en la descripción de dicho hecho.
Estoy de acuerdo Elier.
Igualmente de acuerdo… tengo palabras dando vueltas en mi cerebro que llegan a mi corazón.. pero cuando llegan a mis dedos no salen… hermoso y triste en verdad