Ovidio y la perfección

Ovidio
(Ovidio)

En el mundo de la literatura es habitual escuchar a los autores hablar sobre cómo aún no han escrito la novela o el poema que les gustaría escribir y que seguirían corrigiendo sus textos una y otra vez, ya que nunca están satisfechos al ciento por ciento con el resultado. Este hecho no es nuevo y creo que es el único camino de mejora, saber que algo está mal a pesar de todo, aunque más efectivo que buscar la perfección puliendo siembre la misma superficie es comenzar un trabajo nuevo, partiendo de lo aprendido. Esto, como casi todo, ya lo sabían los romanos y un ejemplo de ello lo tenemos en una anécdota sobre Ovidio que nos narra Séneca.

Publio Ovidio Nasón nació en el año 43 a.C. y falleció en el 17 de nuestra era, y es nuestro protagonista. En una ocasión, unos amigos con los que compartió un poema que había escrito le comentaron que debía eliminar algún verso para que el texto fuera perfecto. Ovidio, que conocía sus poemas mejor que ningún otro, y esto sí que es extraño, conociendo además los puntos débiles de los mismos, les propuso lo siguiente. Los amigos debían escribir en secreto tres versos que en su opinión debían ser borrados del poema, mientras que el propio autor escribiría, también en secreto, tres versos que no se tocarían ni cambiarían bajo ningún concepto. Así lo hicieron.

Cuando descubrieron lo que había escrito cada uno de ellos, resultó que los tres versos seleccionados en cada caso eran los mismos.

El problema, creo yo, no era tanto qué eliminar sino qué poner en su lugar para que el poema mejorara, ya que Ovidio demostró claramente que conocía los versos más débiles de su poema.

Fuente: Gabinete de curiosidades romanas, de J.C. McKeown

2 comentarios en “Ovidio y la perfección”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.