Entrevista a Juan Eslava Galán

La primera guerra mundial contada para escépticos, de Juan Eslava Galán
(La Primera Guerra Mundial contada para escépticos, de Juan Eslava Galán)

Juan Eslava Galán es un autor polifacético y prolífico, que escribe ensayo y ficción con igual éxito y saber. Yo al menos disfruto muchísimo con sus obras y aprovechando que acaba de publicar un ensayo sobre la Primera Guerra Mundial, ha tenido la amabilidad de responder a algunas preguntas para Curistoria.

Este La Primera Guerra Mundial contada para escépticos, hace un recorrido por el conflicto, con el rigor necesario, pero no dejándo de lado las historias más humanas, cercanas y sorprendentes. Por lo tanto, es un gran libro para acercarse a este conflicto y comenzar a empaparse de él de un modo entretenido.

La serie de libros para escépticos, ¿qué tiene de particular, por qué ese apellido común de “para escépticos”?

Van dirigidos a personas que no terminan de creerse la historia oficial o que valoran la intrahistoria unamuniana, las causas ocultas, la historia también de las personas que padecen las decisiones de los poderosos.

¿Es diferente la documentación y preparación de este tipo de libros a la de otros ensayos de historia? ¿Hay que bucear más en diarios de soldados, periódicos de la época…?

Básicamente la documentación es la misma y yo la menciono en la bibliografía, pero pongo el foco en detalles significativos que suelen pasar inadvertidos en los libros de tratamiento más académico.

Europa parecía en 1914 un lugar bien avenido, con un nivel cultural alto, avanzaba técnicamente, los países comerciaban y tenían estrechas relaciones… ¿Cómo se llegó a desatar una guerra de tales dimensiones?

Competencia industrial, miedo al arrollador avance de Alemania y por parte de Alemania ambición de hacerse con un imperio colonial que creía imprescindible para su supervivencia.

De todas las innovaciones bélicas que surgieron en la Primera Guerra Mundial (ametralladora, aviación, gases tóxicos…) ¿cuál fue, desde su punto de vista, la más importante?

Lo que más repercutió en la guerra fue la ametralladora y la alambrada. Lo más terrible los gases tóxicos, que ya no volvieron a utilizarse en guerras «civilizadas».

Como conocedor profundo de la historia de España, ¿qué significó para nuestro país no participar activamente en la guerra? En un ejercicio de historia-ficción, dónde hubiéramos acabado de haber tomado parte en el conflicto.

Depende de si nos hubiéramos alineado con los vencidos o con los vencedores. Si hubiésemos estado con los vencidos es posible que se hubiera planteado en Versalles la independencia de Cataluña y el País Vasco, aunque lo dudo (Francia jamás lo consentirá porque detrás vendrían las reclamaciones de las provincias vascas y catalanas en tierra francesa. No olvidemos que todo separatismo es, a la vez, imperialista).

Echando la vista a atrás tenemos la Guerra de los Treinta Años, la Guerra de Sucesión Española, las guerras napoleónicas, las guerras mundiales… ¿estamos condenados los europeos a acabar matándonos cada cierto tiempo?

Creo que esa etapa sangrienta ya pasó desde que existen potencias atómicas en Europa. Ahora la guerra es económica y la está ganando Alemania que ha extendido el imperio de su euro (marco encubierto) por tantos países de Europa. Los ingleses se han librado de esa dependencia, al conservar su libra. Siempre tan listos.

¿Cuáles fueron los principales cambios entre el mundo, y la Europa, de antes de la Primera Guerra Mundial y el que resultó de la misma? ¿Quedan trazas resaltables de aquello aún en nuestros días?

Cayeron cuatro imperios (alemán, austrohúngaro, ruso, otomano) y surgieron un puñado de repúblicas. De la primera guerra mundial heredamos dos grandes problemas que todavía colean: el de Oriente Medio y el de los inestables Balcanes.

De entre los personajes y hechos que trata en La primera guerra mundial contada para escépticos, ¿cuál le llama más la atención? ¿Sobre cuál o cuáles nos recomienda profundizar?

Son tantos y tan interesantes…. Baste citar nombres como Lawrence de Arabia (interesantísimo), el Barón Rojo, Rasputín, Mata Hari…

Es usted un autor prolífico y además tanto de ensayo como de novela, ¿dónde están los puntos clave de esa capacidad para tratar temas tan diversos y cambiar de un registro a otro?

En realidad llevo tiempo mezclando los dos registros: hago novelas muy documentadas y novelo cuanto puedo en los ensayos.

Uno de los aspectos que más destacaría de algunos de sus ensayos es su forma de contar la historia como si realmente la estuviera contando, y no escribiendo. Narrándola más que explicándola, con cercanía, con detalles que la hacen cotidiana y hasta con una chispa de humor que siempre se agradece. ¿Es quizás un error de enfoque lo que hace que muchas veces la historia parezca aburrida y árida?

En España adolecemos de una historia académica escrita no para el público general sino para otros académicos (una docena como mucho) porque a los historiadores de prestigio se le caen los anillos si descienden a explicar con claridad las cosas. Dejan ese campo, que desprecian, para divulgadores como yo. Pero luego se enfadan si vendemos más libros que ellos, después de utilizar sus libros para documentarnos. Eso no ocurre en el extranjero donde muchos académicos escriben también para el hombre de la calle que con sus impuestos sufraga a las universidades. También es cierto que aquellas universidades no alcanzan el nivelazo de la universidad española.

Publicó bajo el pseudónimo de Nicholas Wilcox una trilogía sobre templarios y más tarde le pidió a Arturo Pérez Reverte que desvelara que usted estaba detrás. Según sus propias palabras, usó pseudónimo para no decepcionar con un best-seller a sus lectores habituales. Más allá de la estrategia como autor y, si me permite, como producto, que me parece perfecta, ¿cree que está reñido leer buenos ensayos y Literatura con leer novelas entretenidas sin mayores pretensiones?

No debería estar reñido, pero en Iberia hay tanta gente que se la coge con papel de fumar…

Juan Eslava Galán

A continuación el cuestionario común y típico de Curistoria.


Tres libros que recomendaría.

El Libro del Buen Amor, el Quijote y, para citar uno moderno, El francotirador paciente de Pérez-Reverte.

Tres películas que no debe uno perderse.

Blade-Runner, El paciente inglés y, por citar una actual, The monuments men

Cuál es su rutina, manías, vicios… a la hora de escribir.

Ninguna rutina. Leo o escribo unas ocho horas diarias, como el que va a la oficina. Esto es un oficio que requiere sudar la camiseta, esforzarse en que el producto no traslade al lector la fatiga del trabajo que lleva aparejado.

Díganos una época, hecho o personaje de la historia que le atraiga especialmente y sobre el que nos recomiende profundizar.

Hay tantos… Así a bote pronto se me ocurre Blas de Lezo, el marino medio hombre.

Y estando en Curistoria… ¿alguna anécdota con sus libros, viajes, lectores…?

Desde que escribo libros que tienen en cuenta la historia de personas anónimas he recibido algunos legados de cartas o fotos de inestimable valor; uno de ellos el de un judío húngaro que trabajó como esclavo en Alemania y después de una peripecia vital interesantísima terminó como ejecutivo de American Express. Un lector me envió los documentos y fotos que este hombre había reunido a lo largo de su azarosa vida.

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