Entrevista a Javier Leralta

La leyenda negra en los personajes de la historia de España, de Javier Leralta
(La leyenda negra en los personajes de la historia de España, de Javier Leralta)

No hace mucho he terminado de leer el libro La leyenda negra en los personajes de la historia de España, escrito por Javier Leralta y editado por Punto de Vista. En él se hace un repaso del porqué y la realidad detrás de la leyenda negra con la que cargan algunos personajes importantes de la historia de España. Comienza la obra con Alfonso VI y El Cid y para en Carlos II. Además del repaso histórico de los personajes, que está en la primera parte del libro, este contiene también lo que podríamos tomar como una guía de viajes que nos servirá para conocer y visitar las trazas que por nuestro mapa dejaron esos personajes históricos. Trazas que aún se puede visitar, conocer y disfrutar.

Personalmente disfruté leyendo el libro y ya lo habrán visto citado en alguna curistoria, por lo que les recomiendo que le echen un vistazo. Si quieren comenzar, en la web de la editorial tienen un fragmento sobre Alfonso VI, rey de Castilla y León, y Rodrigo Díaz,
el Cid, hidalgo castellano.

El autor ha tenido la amabilidad de responder a algunas preguntas que le hecho, por lo que hago público aquí mi agradecimiento.

El libro se compone de pequeñas biografías que van justo a ese
aspecto que configura la leyenda negra, ¿cuánto de un personaje, una
época o una situación histórica se destila precisamente de esa leyenda
negra? ¿Es un buen punto de partida?

Como periodista que soy, he querido ser muy objetivo y veraz con la
historia, como principio de cualquier investigador. He intentado no
dejarme llevar por la fantasía de las leyendas de los personajes que a
veces te arrastra. Por lo tanto, la leyenda negra ha sido el punto de
introducción para luego desarrollar la biografía del personaje. Toda
leyenda negra tiene una explicación y en este ensayo he intentado
presentar un reportaje periodístico sobre el origen de la leyenda hasta
donde las fuentes lo han permitido. En muchos casos, nunca se sabrá la
verdad. Hay que tener en cuenta que en un principio fueron más de
treinta los personajes seleccionados y finalmente, una vez leída la
vida de cada uno, elegí los que aparecen en el libro porque sus vidas me
parecieron más interesantes y entretenidas.

Aunque recoge un rango realmente amplio de la historia, unos siete
siglos, supongo que hay personajes con esa lacra de la leyenda negra
antes y después de ese periodo, ¿quiénes se han quedado en el tintero o
esperan un futuro proyecto?

Este libro es la continuación de otro anterior titulado “Apodos Reales”
y espero que haya un tercero que cierre la trilogía que ya está
desarrollado pero que debe esperar un tiempo. ¿Quiénes se han quedado
fuera? Muchos. Primero porque quise hacer un libro de personajes
cercanos a la corona: reyes, príncipes, nobles o militares, cuyas
historias eran más conocidas, tal vez más populares aunque incompletas.
Se quedaron fuera personajes relacionados con la conquista de América,
la Inquisición y la literatura.

¿Cómo se las apaña un investigador para buscar la Historia, la
certeza, entre los documentos escritos hace siglos y además con cierta
tendencia, cuando no pagados directamente por una de las partes?

A veces
es muy difícil encontrar la verdad de una historia, sobre todo si ha
pasado mucho tiempo y no hay nueva documentación o nuevas
investigaciones. La única verdad en estos casos en la presentación de
las fuentes, lo que se ha dicho o no, una interpretación de los sucesos
lo más veraz posible y que sea el lector quien haga el análisis
oportuno. Cada historia la he planteado como un reportaje de
investigación. Aporto fuentes, documentos, citas, opiniones, y sucesos.
Y a partir de aquí debe ser el lector quién opine, siempre con la ayuda
de una explicación histórica de la época. Por eso este libro aporta la
novedad del ambiente, el viaje a los lugares frecuentados por cada
personaje para acercarse a la historia.

El libro explica con detalle las rutas y visitas que uno puede
hacer, en muchos casos cerca de su casa en el caso de lectores
españoles, para perseguir las huellas de esos personajes históricos.
¿Algún viaje o visita predilecta? ¿Por qué?

Podría decir que los lugares de Castilla por mi ascendencia castellana
(Ávila, Madrid y Palencia), pero cuando hice la selección definitiva de
los personajes, cada uno me pareció ideal para recrear sus viajes y
escenarios. De todas formas, de todos los viajes hechos y descritos en
el libro, los que más me fascinaron fueron los de Juana la Loca, con
el cadáver de su esposo por los fríos campos de Castilla, y la ruta del
Cid.

Y siendo un experto en Madrid, ¿qué no se puede perder un
aficionado a la historia en una visita a la capital de España?

Si lo relaciono con este libro de la Leyenda Negra, los últimos momentos
de Juan de Escobedo antes de su asesinato y los lugares que aún
conservan el recuerdo de Antonio Pérez y la princesa de Éboli. El viejo
Madrid.

En cuanto a los personajes que retrata el libro, yo me
quedo con Pedro I, alguien por el que siempre he tenido debilidad, y con
el duque de Alba. ¿Cuáles son sus favoritos y por qué?

Yo también me
quedo con Pedro I porque fue un rey maltratado por la historia. ¿Acaso
ha habido algún rey en la historia que no haya sido cruel? Junto con
Pedro I, he disfrutado mucho con las vidas de Alfonso X y Enrique IV,
dos monarcas diferentes que tuvieron que luchar contra las incomodidades
del cargo y sobre todo con la conciencia y la ley.

Dejando de lado lo políticamente correcto, supongo que algún
personaje luchó con más ahínco de lo habitual por generar esa leyenda
negra. ¿A quién apuntaría con el dedo en ese sentido? ¿Quién se ganó la
leyenda negra a pulso?

Muchos: sin duda Felipe II, pero también el duque
de Alba, y Antonio Pérez, y la princesa de Éboli. Y también Juan II y
Enrique IV, estos por su debilidad política.

La leyenda negra de manera general se suele asociar con los
españoles y Flandes, ¿es cierto que fuimos tan crueles? Sabiendo que nos
movemos en un entorno bélico y con criterios de hace unos siglos.

También lo fuimos en América y Bartolomé de las Casas dejó constancia de
ello. Claro que fuimos crueles dentro de un contexto cruel en el que la
guerra formaba parte de la vida y de la sociedad. También fueron crueles
Francia e Inglaterra, pero la propaganda política de la época difundió
mejor nuestras miserias. Pero, si, fuimos crueles de forma innecesaria
como se demostró después. El duque de Alba actuó con la energía de un
militar que obedece órdenes, pero no era un teniente, era un militar de
alto rango de mucho peso en el gobierno filipino que tendría que haber
estudiado la situación desde el punto de vista de un técnico-político y
no desde el fanatismo religiosos que impregnaba el imperio de Felipe II.

Es usted un experto en reyes y en historia de España, ¿quedan
rastros de esos reyes y de su forma de gobernar en nuestra sociedad y
forma de ser, o la historia ha barrido todo ello?

Todo poder implica tomar decisiones equivocadas, precipitadas y a veces
hasta fuera de lugar. Mi especialidad es la historia medieval, es con la
que más disfruto, con la que más me identifico porque fue una época
permanentemente en construcción. Lógicamente de aquella época quedan los
comportamientos despóticos y abusivos de algunos dirigentes y
gobernantes. Seguramente lo que queda de aquella manera de gobernar sean
los personajes en la sombra, aquellos que manejaban los hilos del
gobierno, aquellos almirantes, condes, arzobispos y demás élite que
marcaban el camino del rey.

Carlos II, el último Austria y con quien se cierra el libro en
cuanto a personajes, fue un esclavo de sí mismo. Casi se me antoja una
metáfora de lo que pasó al Imperio Español ver en qué se basa la leyenda
negra de los personajes a medida que avanza el libro. Pasan de ser duros
y poderosos a ser víctimas de su propio cuerpo ¿Qué opina usted?

Lo que pasó con Carlos II fue la crónica de una muerte anunciada. Pero
la muerte de una forma de gobernar, de tomar decisiones, de sentirse
superiores, de hacer caso a quienes solo buscaban perpetuar el cargo.
Doña Berenguela ya vio el riesgo de la endogamia y buscó lazos
sanguíneos fuera de Castilla en el siglo XIII. Pero claro, ella fue una
mujer inteligente. Los reyes siempre han estado muy apartados de la
realidad social y es normal que fueran víctimas de sus propias
decisiones.

Siendo un ensayista premiado con afán divulgador, si me permite
decirlo, ¿cuál cree que es el mejor camino para acercarse a la historia?
¿La novela, las revistas, los ensayos divulgativos, los viajes…?

Todo en su momento. Si hay una inquietud inicial, todo vale, quizá lo
último sea el ensayo, que parece más serio, como el libro de texto. La
novela histórica y las revistas me parecen el mejor camino por su
amenidad y proyección divulgativa. Pero también son interesantes las
visitas a los museos, a los centros de interpretación, a los foros
especializados, blogs, y por supuesto, los viajes. Pero creo que el
viaje puede ser instructivo si previamente se viaja con suficiente
información. También resultan muy didácticas las visitas guiadas, una
oferta turística que está de moda en muchas ciudades.

Volviendo al tema de los viajes y las rutas que propone el libro,
¿no cree que es una suerte enorme vivir en un país tan cargado de
historia?

Claro que sí, a pesar de los desmanes y torpezas que se han permitido.
En general la cultura mediterránea es la más completa por dos motivos,
por el estado de conservación de las huellas históricas y fuentes
documentales y por la cuna de nuestra actual civilización occidental.

Por último, una oportunidad para desmitificar un personaje o un
hecho, para hacer justicia y poner a alguien de la historia de España en
su sitio. No tiene por qué limitarse al perímetro del libro… en su mano
está.

La historia ni es justa ni injusta. Son las personas las que hacen que
sus actos puedan ser valorados de esa manera. Lo digo por el caso de
Pedro I el Cruel, luego llamado el Justiciero, tal vez más cercano a la
realidad. Todos fueron crueles y todos fueron justos, pero unos más que
otros. La historia es la que es porque así nos ha llegado. Además, creo
que hay suficientes estudios de todo tipo como para pensar que es mejor
dejar las cosas como están. Lo importante es que cada uno tenga acceso a
toda la información sobre un personaje o un suceso siempre que se pueda.
¿Se podría cambiar la historia del apóstol Santiago en España?
Seguramente sí, pero¿ cambiaría algo?

Como siempre, unas preguntas finales algo más personales.

Tres libros que recomendaría

“España, una nueva historia” de
José Enrique Ruiz-Domènec; “Felipe II y su tiempo” de Manuel Fernández
Álvarez, y “Un día de cólera” de Arturo Pérez- Reverte

Tres
películas que no debe uno perderse

Es difícil elegir tres. Entre
mis favoritas hay varias: El Cid, Las amistades peligrosas, Las 13
rosas, Los fantasmas de Goya, Doctor Zhivago, Juana la Loca (V.Aranda)

Cuál es su rutina, manías, vicios a la hora de escribir

Creo
que no tengo manías, o a lo mejor sí, no sé. Soy muy organizado, hay que
serlo para este tipo de literatura. Suelo manejar más de diez fuentes
para escribir una historia. Escribo a cualquier hora y en cualquier
situación, sólo necesito tener la historia muy clara en la cabeza.
Trabajo con una pauta o guión donde desarrollo la historia y luego la
vuelco al ordenador.

Las dudas o la falta de datos me inquieta, me
bloquea. Necesito que la historia preparada haya reposado un tiempo
para enfrentarme a la pantalla en blanco. Que esté madura en mi cabeza.

Cuál es su siguiente proyecto, si se puede saber.

Estoy
preparando dos libros. Una biografía de santa Teresa y una guía
turística de Madrid para verla con otra mirada. En los detalles está el
placer de las cosas.

Recomiende una época, hecho, personaje… de la
historia que le atraiga especialmente

Me quedo con el episodio de la destitución del Alfonso X por una parte
de la nobleza y su hijo Sancho. Creo que fue uno de los sucesos más
tristes del medievo castellano. Ocurrió en 1282. Lo cuento en “Apodos
Reales”

Y estando en Curistoria… ¿alguna anécdota con sus libros,
viajes, trabajos…?

Precisamente con la preparación del libro “Apodos Reales” surgieron
muchas historias relacionadas con motivo del origen de algunos apodos
investigados como el Impotente, el Velloso, la Loca, el Hermoso, el
Fuerte, el Bravo, el Batallador, el Conquistador o el Emplazado, entre
otros. El apodo “oficial”, como el refrán o el dicho popular, está muy
relacionado con la verdad.

2 comentarios en “Entrevista a Javier Leralta”

  1. Muy interesante la entrevista. Conozco al autor por el libro de "Apodos" y me gustó bastante. Lo recomiendo a todo el mundo. Con respecto a este último es curioso porque el otro día lo apunte en una lista de libros a conseguir y leer. Parece que nos leemos el pensamiento. ¡Muy buena la entrevista! Todo un gusto leerla. Buen trabajo. Un abrazo 😉

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