Willy Brandt |
En España, y en otros muchos países, es habitual que las construcciones de uso público, e incluso muchas privadas, tengan nombres de personajes importantes de la historia o personajes contemporáneos que han destacado sobremanera. Sería extraño que una persona particular sin un mérito reconocido por la sociedad, por decirlo de algún modo, ostentara tal honor. Pero no en todos los sitios es así.
Willy Brandt, alemán nacido en 1913, fue canciller de Alemania Occidental entre 1969 y 1974, y también fue alcalde de Berlín entre 1957 y 1966. Cuando estaba en este cargo berlinés realizó una visita oficial a Israel en la que pasó por el recién inaugurado en aquel momento auditorio Mann en Tel Aviv. El alcalde comentó que estaba impresionado y agradecido a aquella ciudad por dedicarle tan soberbia construcción a un escritor alemán: Thomas Mann.
Con cuidado, suavemente y un poco avergonzado, su cicerone israelí en la visita le dijo al alcalde de Berlín que el auditorio no se llamaba así en honor a Thomas Mann, sino que debía su nombre a un hombre de Filadelfia llamado Frederic Mann. Brandt entonces preguntó: ¿Y qué ha escrito ese hombre? La respuesta fue sencilla: un cheque.
Sin duda debió ser un momento violento al comienzo, cuando se dieron cuenta del error, pero con ese final seguro que todos se echaron a reír y pasaron a otra cosa.
Siento decirlo pero me temo que en el título también has tenido un metedura de "mata".
Efectivamente Jokin, era un error. Casi parece una broma, meter la pata escribiendo "meter la pata" 🙂
Mil gracias por el aviso.
Menos mal que no dijo que estaba dedicado a Wilhelm Rudolf Mann, quien proveía de Zyclon B a Auschwitz 🙂
Uf… en ese caso no habrían salido con un broma del paso, creo yo.