Julio César, de Shakespeare: son las ocho

He leído en las últimas semanas, alternándolo con otras lecturas, varias obras de teatro de Shakespeare y he de decir que no acabo de cogerle el punto al autor inglés, que se supone una de las cumbres de la historia de la literatura. Será seguramente cuestión mía, o que no es buen momento para que me dedique a leer teatro de hace cuatro siglos. En cualquier caso, no es el objetivo de esta curistoria narrarles mis desventuras como lector.

Como decía, Shakespeare está considerado como uno de los dramaturgos más importantes de la historia y sus obras han sido leídas, comentadas, estudiadas y llevadas al cine desde que fueron escritas. Pero como hasta el mejor escribano echa un borrón, como asegura el dicho popular, también Shakespeare tiene algunos errores, si me permiten llamarlos así, en sus obras, que de ser leídos en las páginas de un autor novel serían tachados de graves y serían blanco de una dura crítica.

En 1599 Shakespeare escribió una obra trágica titulada La tragedia de Julio César, que narra la conspiración y últimos momentos del emperador romano. Es una de las obras de Shakespeare que se basa en hecho reales y está considerada uno de sus mejores trabajos. Hay un momento en el que conversan Bruto, el verdadero protagonista del drama, con el propio Julio César y dicen algo que llama la atención al lector. Se trata de la segunda escena del acto segundo:

César: ¿qué hora es?Bruto: César, son las ocho.

Llama la atención tal exactitud en la hora, aunque sí es cierto que los romanos tenían relojes que medían horas, no con mucha precisión, y en algunos casos hasta habían diseñado relojes de agua con un sistema de flotadores eran capaces de emitir sonidos al cambiar de una hora a otra, pero llama la atención tal exactitud en el diálogo.

Como decía, siendo Shakespeare el autor supongo que lo que cuento en el párrafo anterior justifica el hecho, pero no tendría yo valor de escribir una novela y poner en boca de un romano ese son las ocho.

11 comentarios en “Julio César, de Shakespeare: son las ocho”

  1. Eso es porque Shakespeare vio "Espartaco" y sabía que los romanos llevaban reloj de pulsera. 😮

    Bromas aparte, lo lógico habría sido que dijera que eran sobre las ocho, ¿no? ¿Puede ser un error de traducción?

    Saludos,
    Vidia.

  2. Bueno, dando por hecho que los romanos no podían saber la hora exacta, habrá que suponer que no tenían motivos para que eso quedase claro en sus expresiones. Un romano podía decir "son las ocho" y todo el que le escuchas ya sabría que quería decir "son sobre las ocho".
    Por cierto, la costumbre les llevaría a poder calcular con facilidad la hora (aproximada, claro) por la posición del sol. Os recuerdo que las horas romanas eran horas de día, es decir que las seis (o la sexta) era el mediodía, la una el amanecer y las doce el anochecer. No había diferencias horarias artificiales como ahora.
    Un saludo.

  3. Gracias Nonsei por el comentario, estoy de acuerdo contigo. Lo que decía ese tipo de cuestiones en una novela de un autor desconocido quizás se llevaría alguna reprimenda.

    Daniel, escena segunda del segundo acto.

    Saludos.

  4. en todo caso debió contestar: "es la hora vigilia prima" ya que el día romano se dividía en horas diurnas y horas nocturnas, siendo la primera hora de la noche la "vigilia prima" si hemos de situar la escena a las ocho de la tarde.

  5. en todo caso debió contestar: "es la hora vigilia prima" ya que el día romano se dividía en horas diurnas y horas nocturnas, siendo la primera hora de la noche la "vigilia prima" si hemos de situar la escena a las ocho de la tarde.

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