Benjamin Franklin y el cambio horario

Hace unos días, un lector del blog llamado Manuel Zamora Fernández me decía que se acercaba el día de octubre en el que solemos hacer el cambio de hora, al menos en España, para adaptar la actividad diaria a la luz solar y que estaría bien buscar alguna curistoria sobre el tema. Y, después de leer un poco aquí y allá, he descubierto que uno de los primeros en hablar de estos cambios es, nada más y nada menos, que Benjamin Franklin. Si bien, todo sea dicho, el no abogó por adaptar las horas a la luz, sino más bien por adaptar las costumbres a la luz. En cualquier caso el fin era el mismo: el ahorro de energía.

Nacido en Boston, Estados Unidos, en 1706, este polifacético personaje se encontraba en París, Francia, cuando en 1784 publicó una carta, aunque de manera anónima, en la que explicaba que los parisinos, gracias a aprovechar de manera más eficiente la luz del sol ajustando sus horarios a dicha luz, conseguían ahorrar dinero, aunque sólo fuera en velas. Lo que venía a proponer Franklin era salir de la cama un poco antes para poder comenzar a trabajar con el sol y, por supuesto, irse a dormir también más temprano, para gastar menos en iluminación artificial. Aquel artículo se publicó por primera vez en el diario Journal de Paris y más tarde se distribuyó una versión en inglés.

Esta idea está en consonancia con una frase de nuestro protagonista: Early to bed, early to rise, makes a man healthy, wealthy and wise, es decir, acostarse pronto y levantarse pronto hace al hombre saludable, adinerado y sabio. En su propuesta, Franklin había calculado que si todas las familias de París que se acostaban tarde y se levantaban con el sol ya en lo alto cambiaran sus hábitos, se podrían ahorrar casi treinta millones de kilos de cera para velas. Casi como una broma, abogaba por repicar las campanas al amanecer para despertar al pueblo.

4 comentarios en “Benjamin Franklin y el cambio horario”

  1. Esta entrada me recuerda una duda que siempre he tenido,¿por qué en la parte peninsular de España no se sigue la zona horaria que nos tocaría por longitud, ya que el meridiano de Greenwich pasa por aquí?

  2. Yo creo que para ahorrar energía, mejor que la bobada esta del cambio horario, se podrían hacer dos cosas: primera, adaptar nuestro huso horario a nuestro meridiano y no al de Berlín; segunda, cambiar la mentalidad de horario laboral ibérica. Se pierden de 2 a 3 horas al mediodía en la "parada para comer", precisamente cuando el sol está en lo más alto. Además, así se podría conciliar la vida familiar, hacer deporte,…, en definitiva, mejorar la calidad de vida.

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