Decapitando esclavos

Mehemet II retratado por Bellini

Hay veces que un artista puede tener delante de sí al modelo, quieto e impasible. Por supuesto, cuando se trata de un paisaje o un bodegón, basta controlar la luz para que aquello que se está pintando no cambie. Pero ¿qué ocurre cuando uno ha de pintar algo para lo que es complicado encontrar un modelo? Por ejemplo, una ejecución. Pues siempre puede contar con un rey tan cruel como servicial.

Esto le pasó al pintor veneciano Gentile Bellini, que se encontraba realizando una pintura de la degollación de Juan Bautista para Mehemet II, en Costantinopla, cuando este le apuntó: ese rostro no muestra la crispación de un hombre que está siendo degollado. Y para ayudar al pintor y quizás por no quedar como hombre que habla sin saber, Mehemet II llamó a su lado a un esclavo y lo decapitó allí mismo para que Bellini tuviera su modelo e inspiración.

El artista no dudó en admitir que el otro tenía razón y modificó su obra, aunque después de aquel ejemplo de aprecio por la vida de otros estoy seguro que Bellini hubiera aceptado cualquier apunte u opinión de Mehemet II sobre su obra.

4 comentarios en “Decapitando esclavos”

  1. Pues porque los musulmanes creen en Jesús (como profeta, no como hijo de Dios), en Juan el Bautista y hasta en la virginidad de María. Salen un montón de veces en el Corán y ademas, la tumba del bautista es venerada en la Mezquita de los Omeyas en Damasco por cristianos y musulmanes. No sólo los católicos creen en Juan el Bautista sino también el resto de cristianos, ortodoxos, protestantes, etc.
    No me sorprende que con el desconocimiento que hay entre religiones este el mundo tan liado como está, quizá sea porque cada uno solo mire su Verdad. Por eso es posible que los ateos estemos más informados

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